¿Te imaginas una máquina que fuera capaz de hacer realidad tus deseos?¿Y que con tan sólo introducir una carta con una lista de peticiones las consiguieras? No existe pero la creación de Kalzza para convertir su escaparate en navideño es lo más parecido.

El engranaje de la máquina no es industrial a pesar de su apariencia exterior sino artesano y a su construcción han dedicado Conchi, Yoli, Manuel y otros miembros de su familia muchas horas de trabajo. Porque tenía que funcionar; ser capaz de empaquetar. De hacer magia en túneles con cortinillas.

Para crear de la nada su fábrica de deseos han reinventado una cinta transportadora. Que recorre un caparazón de tuercas, interruptores y luces. El resultado es tan sorprendente que han tenido que colocar fotografías en la base de su obra para que los clientes puedan comprobar que ha salido de sus manos. Pero sobre todo de su imaginación. Esa que les hace superarse cada Navidad.

Si el año pasado nos sorprendieron con su carrusel esta vez han logrado el más difícil todavía. Su propuesta para el Concurso de Escaparatismo Navideño organizado por el Ayuntamiento compite con más de un centenar de otros comercios situados en diferentes puntos de la ciudad y centros comerciales.

En la edición con mayor participación el jurado lo va a tener difícil a la hora de otorgar los premios. Pero en Kalzza están convencidos de que, como el lema del anuncio más esperado de la Navidad, el mayor premio es compartirlo.

Y, pase lo que pase, hasta después de Reyes, sus responsables lo seguirán haciendo. A través de los cristales.