Me dirijo a vosotros. A vosotros, a todos los que, al igual que yo, no entendéis unas fiestas en Honor a la Virgen de la Consolación sin la Virgen de la Consolación en las calles de Pozuelo.

Hoy, voy a intentar poner voz a una persona muy especial para mí. Un epidemiólogo… Sí, un epidemiólogo, esa especialidad médica que, en realidad, se denomina medicina preventiva, que casi todo el mundo desconocía que existía, y ahora se ha convertido en el pan nuestro de cada día. Quiero ponerle voz y, un poquito más adelante, pasarle el testigo de este escrito para que él mismo describa sus sentimientos.

Dos años robados de nuestra vida. Dos años, que se dice pronto. Y era nuestro momento. Era el momento de ese congregante que no ha podido participar por primera vez o de aquel que participaba por enésima vez y seguía sintiendo ese nudo en el estómago el primer domingo de septiembre. Era el momento de ese turiferario que ya había conseguido dar con la dosis exacta del carbón para crear esa nube que nos envuelve y nos acompaña a cada paso.

Era la hora de ese acólito. Ese que por primera vez iluminaba el paso de su devoción amada. Era el momento de ese andero. Ese que no ha podido sentir todavía el peso del infinito amor sobre sus hombros. Era el momento de un largo etcétera de personas a las que algo invisible les ha robado dos años de vida.

Hemos pasado a que sea el momento de médicos, auxiliares, enfermeros, celadores, equipos de limpieza… fantasmas de hospital a los que no queríamos ni ver y a los que ahora acudimos al más mínimo síntoma. Ahora ha llegado su momento y seguro que hubieran preferido que ese momento de sus carreras hubiera sido otro y que no hubieran querido ser el cortejo fúnebre de muchos pacientes. Ellos, al pie del cañón, transforman el dolor ajeno en suyo sujetando la mano de muchos enfermos y cargando los kilos de esa dura verdad que nos ha tocado vivir.

Esta vez es la voz que yo pongo a lo que Juanjo nos ha contado durante estos dos últimos años. Un túnel en el que parece que, poco a poco, vamos viendo algo de luz. Este año, si ELLA nos lo permite, podremos repartir algo de consuelo desde la plazoleta a todos los pozueleros que lo necesitan.

ELLA siempre nos espera en su casa pero este año parece que ya se ha cansado de esperar y quiere salir a nuestro encuentro. ELLA va siempre con nosotros y, como dijera el predicador, todos somos sus anderos al llevar su estampa en nuestros monederos. Acudamos a este encuentro, siempre con la debida precaución que los tiempos imponen. Ya sea desde vuestras casas, a través de las redes sociales o presencialmente si podéis hacerlo. No dejemos de acudir, ELLA siempre acude cuando la necesitamos. Veamos en ELLA a ese sanitario que no soltó la mano del enfermo al igual que ELLA no suelta la nuestra. Si ELLA así lo dispone, saldrá hoy, primer domingo de septiembre a nuestro encuentro, con la humildad que la caracteriza pero sin perder la elegancia al hacerlo. Este es mi deseo y así le he puesto voz, ahora leamos a Juanjo, un testimonio al pie del cañón, una cruz de guía que nos está marcando la senda de un camino duro y difícil. Juanjo, venga, ¡De frente con ELLA!

 

Tomo la palabra que Pablo me cede para deciros que la medicina es una vocación. No tiene límites, ni horarios. No entiende de fiestas. Y, sin embargo, los médicos somos tan humanos y pasionales como cualquiera.

Este año, mes 18 de pandemia, he tocado el fondo emocional que todo humano tiene. Necesito verla en la calle. Porque ELLA es la médula de nuestra vida. Esa vida que se divide en las fiestas y todo lo demás. Esa vida que gira sobre la bisagra que es su procesión por nuestras calles. El gozne sobre el que mi -nuestro- corazón palpita.

Necesito verla bajo el azul de su cielo. Y que ELLA reparta consuelo. Porque por mucha ciencia que ponga, por mucha medicina que de, nada de ello colma el corazón de los hombres. Sólo una Madre da esa Esperanza, solo ELLA es verdadero Consuelo.

Es el domingo de la Virgen. Y hoy la veré en la calle.

Que se abra ya el portón, que el corazón no me cabe.

Pablo Martín/Juanjo Granizo

Pilar Palomo de niña
El doctor Pedro Cornago

MISA SOLEMNE EN LA PLAZA DEL PADRE VALLET
DOMINGO 5 DE SEPTIEMBRE – 20:00 HORA
INTERVIENEN: La Lira de Pozuelo y el Coro de la Familia Barrio
(Los anderos de la Congregación sacarán a la Virgen en Procesión hasta la plaza)

El doctor Pedro Cornago