Cristina Rodríguez de Acuña, Fotógrafa

La quinta de seis hermanos fue una niña curiosa. Lo sigue siendo. A los trece años le regalaron su primera cámara fotográfica; una polaroid. Su padre guardaba alguna más para alguien dispuesto a asomarse con pasión al visor y atrapar momentos. Parece que Cristina reunía los requisitos. Sabía que el mundo era imposible de reducir por más pedazos que guardara en papel. Sin embargo, se le quedaba pequeño. Poco después de terminar sus estudios de turismo cruzó el océano para trabajar en una cadena de hoteles de Cancún. En el país de su abuela materna estuvo ocho años. A...

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