Sara Ibáñez, dependienta
A diferencia de la de Antonio Machado, su infancia son recuerdos de una casa pegada al bar de Juanín y a una tienda de chuches. En su hogar no había naranjos y el patio de un recién nacido colegio San José Obrero era el sitio de su recreo. En las Cabilas creció con sus hermanos cuando había pocos coches y por allí no pasaba ningún autobús. Reconoce que lo suyo no eran los libros de texto. Quizás por una dislexia diagnosticada muy tarde. Pero terminó la EGB y estudió formación profesional en un instituto de Madrid. Su madre hizo...
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