Pepe, Pepito, Pepote

La mañana se despertó gris, el cielo estaba encapotado, la tristeza del comienzo del día no hacía más que presagiar una nefasta noticia que me golpeó cuando mediaban sus horas. Desde varias personas, desde varios puntos, recibí la amarga información, nos había dejado, ya no nos lo encontraríamos más por las calles de Pozuelo, por ese barrio que fue su casa durante toda su existencia. Pepe, Pepito, Pepote, nos has dejado sumidos en una desazón, en una suerte de enfado con el mundo, en un menoscabo de la razón, en una amarga experiencia. Su relación con el mundo fue...

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