David Castro, cervecero
La primera vez de David Castro fue con veintitrés años en la finca familiar de Pozuelo. Le pareció un buen sitio para hacerlo. Así que compró malta de cebada y con la ayuda del molinillo de café y la olla de su madre preparó un mosto que fermentó con levadura de panadería. A las tres semanas el caldo olía y sabía a cerveza. Lo que comenzó como una afición se convirtió en forma de vida. Década y media después, en un momento clave. Cuando trabajaba en una compañía informática donde había alcanzado una gran posición que se traducía en...
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