El quinto libro de Margarán es una declaración de intenciones. También un guiño a su familia y al pasado. Tras Fuegos Artificiales, Residuos, S.A., Sacrificio y Culpables el funcionario de policía regresa al ruedo literario con una historia protagonizada por la inspectora de homicidios Sofía Blasco. Que arranca en un escenario cercano para trasladarnos rápidamente a otros fronterizos. La novela engancha desde la dedicatoria y la sentencia premonitoria: «En el ser humano, anteponer su bienestar al de los demás sale con toda naturalidad». El domingo se presenta en la taberna El Rocío Chico. Yo que tú me pasaba. Descubrirás a una joven y decidida investigadora de ficción inspirada en otra real y valiente. De ojos grandes y chispeantes.

Lo nuevo de Margarán supone un salto cualitativo en su trayectoria literaria. Porque 100, además de no parecerse a sus novelas anteriores, inaugura -y de qué manera- una nueva etapa de continuidad; una saga protagonizada por una inspectora de homicidios en la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEF). De armas tomar.

Sofía Blasco aparece en escena para investigar nada más y nada menos que el asesinato de sus padres. A partir de ahí comienza una apasionante aventura ambientada en pueblos fronterizos de Galicia y Portugal salpicada de derrumbes, intriga y misterio. El autor recurre a la analepsis, como ya hiciera en Sacrificio, pero esta vez profundizando más en los rincones del alma.

El libro, publicado por Entrelíneas Editores -a la venta en la librería Don Papel-, tiene algo de autobiográfico. El nombre de la inspectora, por ejemplo, es el de su hija y la aldea de Valeixe (Pontevedra) no es desconocida para su mujer, María… la primera que lee sus borradores. En próximas entregas algunos personajes como Daniel -así se llama su hijo- y escenarios como Pozuelo de Alarcón cobrarán más protagonismo. Ahora Sofía es el centro de la trama.

Nada mejor que comenzar marzo descubriendo a una mujer de ficción. A lo largo del mes te presentaré -después del libro de Margarán- a otras tan reales, apasionadas y apasionantes como la Sofía de ojos grandes y chispeantes.

Tan solo debes permanecer atento a tu pantalla.

Asunción Mateos Villar