Como en el poema de Machado alguno había viejo y hasta en su mitad podrido pero la mayoría estaban sanos y nada hacía presagiar una epidemia. Quienes correteamos entre árboles centenarios, cruzamos el puente sobre el arroyo del Pradillo, nos caímos de columpios de hierro, pintados de verde, y buscamos el tubo que conectaba nuestra voz con el grifo de la Fuente de la Salud seguimos recordando nuestro bosque. Con su cabaña de madera y circuito biosaludable que ya estaba inventado en los años setenta y ochenta aunque sin aparatos. Para sacar el máximo partido a nuestro chándal de Tactel®.

En los años ochenta del siglo XX cientos de olmos murieron en nuestro pueblo a causa de la grafiosis. Los ejemplares más bellos y añejos estaban en la Fuente de la Salud, a ambos lados de un riachuelo que se cruzaba por puentes de madera. Bajo su sombra crecieron varias generaciones de vecinos que bebían el agua de brotaba del muro con placa -recuperada por La Poza– para calmar la sed, sobre todo en verano. En esa época se compartían almuerzos; primero en la pradera y después en el kiosco de Bautista. Ahora se celebran cumpleaños en las zonas infantiles que nacieron tras el encauzamiento del arroyo del Pradillo y la transformación del bosque en parque urbano.

Hace cuatro décadas la Fuente de la Salud se llenaba de mamás con niños y bocadillos de chocolate, mantequilla y fuagrás. Los fines de semana se unían los papás y los primeros abuelos. Algunos con radio para escuchar el partido en otro campo -no era fácil conseguir una mesa- sobre la manta de rayas que no faltaba en el maletero del coche. Era tan habitual en los de Pozuelo como la pegatina de la Virgen de la Consolación.

Lago y kiosco

El área boscosa de cerca de seis hectáreas estaba repleta de posibilidades pero los hongos y la modernidad se la llevaron por delante. Han pasado treinta años de aquella transformación en la que se invirtieron cerca de 40 millones de pesetas; se plantaron más de 5.000 ejemplares de especies frondosas, resinosas, plantas y rosales y se ajardinaron 16.000 m2 de pradera. El proyecto inicial contemplaba la construcción de un lago y la instalación de barbacoas. Pero ni lo uno se creó ni las otras se instalaron.

Lo que estaba previsto y se hizo, tras la desaparición del merendero de Bautista, fue levantar en el jardín urbano un establecimiento hostelero de estilo clásico, con elementos de construcción típicos del Madrid de los Austrias (granito, piedra y pizarra). El kiosco ha estado en el parque durante años pero recientemente ha cambiado. Casi por completo. Del original sólo queda el nombre y sus réplicas en la Plaza de España y Prados de Torrejón.

Asunción Mateos Villar
Fotos: Manolo Martín

Kiosco de la Fuente de la Salud
Plano guía. Año 1960