Su historia no puede separarse de un ménage à trois que cambió su vida antes de nacer: sus padres vinieron de viaje de novios y se enamoraron de España. Así que se instalaron en Madrid. Mirai nació en Mito, pero es Pozuelo de Alarcón el lugar de su vida en el que más tiempo ha pasado. Hasta el día 22 de setiembre puedes ver su pintura en Cafebrería ad hoc. Tan interesante como él. Y con su toque enigmático.

De pequeño soñaba con comer bocatas de chorizo en lugar del nigiri que le preparaba su madre para el recreo. Comenzó a estudiar arte desde niño, música incluida: tocaba el violín, la flauta y la guitarra. Pero tuvo que elegir. Otra de sus pasiones vitales es la filosofía, la semilla de la duda que tanto le ha ayudado a entenderse, tantos caminos que ha recorrido también gracias a su amigo Francisco Cordero Morganti.

La dualidad oriente occidente, sus diferentes formas de llegar al arte y al conocimiento han marcado su propia naturaleza bicéfala: ser oriental y occidental. Partiendo del: ¿Soy japonés o español? A su maestro Joan Barberá le debe otro importante paso: me enseño a pensar de forma heterodoxa.

“Como japonés nacido en España siempre tuve la interrogación sobre mi identidad, particularmente con mi nacionalidad, ya que compartía dos lenguajes, o herramientas para pensar distintas. En consonancia con mi paradoja, intenté mezclar lo que es occidente con oriente, eso se refleja también a lo largo de mi trayectoria como pintor, teniendo una base occidental, mezclo la parte japonesa, la caligrafía que de alguna manera fue una herramienta de los orientales para investigar estéticamente sobre el ser”.

Una de las características de “Ataraxia”, la serie que presenta en Cafebrería, es el papel sobre el que trabaja, que prepara de una forma personal y consigue efectos que llenan de admiración a sus propios colegas. Nos muestra un año de trabajo, hecho en su estudio, apenas dos calles más arriba.

Ataraxia es un concepto filosófico que busca llegar a la felicidad a través del desprendimiento, buscando lo esencial. Y quizá es lo que van a encontrar los que se acerquen a conocer su obra, aunque no tiene porque ser fácil.

Jesús Gironés