Patricia García tenía tres meses cuando una cadena de televisión privada comenzó a emitir Campeones, una serie nipona de dibujos animados, protagonizada por Oliver Atom y Benji Price -Ozora Tsubasa y Wakabayashi Genzo- que pronto se convirtió en líder de audiencia. El fútbol era su pasión. La de nuestra olímpica -en el más amplio sentido de la palabra- es otra y le ha llevado a Tokio. Es la primera mujer española que ha firmado un contrato profesional con un equipo japonés de rugby. Desde allí nos ha contado, entre otras cosas, que su compañera de equipo en Pozuelo, Irene Schiavon, tiene mucho que ver con su carrera deportiva y que está convencida de que la educación en valores es el arma más poderosa para conseguir un mundo mejor.
De pequeña no hay deporte que se le resistiera. Tenis, baloncesto, atletismo, natación o fútbol. Metiendo goles estaba en un club de El Escorial cuando decidió probar suerte con el rugby. Confiesa, entre risas, que le daba mucho miedo porque creía que era como el fútbol americano y que lo hizo por seguridad propia. “Mi compañera Irene Schiavon no paraba de hacerme placajes en los entrenamientos convencida de que lo mío era el rugby. Mi primer día fue con el equipo universitario de Geografía e Historia y directamente me enamoré del deporte”.
Cuéntame en qué momento comienza tu relación con el Olímpico de Pozuelo?
A partir de la prueba Irene y yo empezamos a entrenar con las chicas del equipo universitario pero empezamos a relacionarnos con el Olímpico de Pozuelo y nos hicimos ficha con el club. Creo que empezamos jugando algún torneo de Rugby 7. Nos acogieron muy bien y aquí seguimos muy a gusto.
¿Qué destacarías de tus temporadas en el Club pozuelero?¿De qué logros te sientes más orgullosa?¿Y con la selección española?
Es mi club de origen y me ha aportado mucho tanto a nivel personal como profesional. He aprendido de todas las personas que han pasado por el Olímpico. Hemos conseguido logros muy bonitos como ganar el Campeonato de España en rugby 7 en 2010. Era la primera vez que se televisaba. Luego fuimos campeonas de España en rugby XV y ha habido mucho más momentos dulces vinculados victorias en División de Honor y Liga Iberdrola. En los últimos ocho años somos un equipo puntero porque se ha trabajado muy bien y el cuadro de jugadoras es muy potente. Es una gran generación que ha contado con grandes entrenadores. El resultado es una base muy sólida que se ha traducido en algo que ha hecho historia del rugby en España, tener dos equipos femeninos en competición.
Ahora estoy jugando en Japón con un contrato profesional de un par de meses. Para mí es la pretemporada. Cuando vuelva en octubre mi objetivo con la selección es la clasificación para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 que empieza este año. El preolímpico, la clasificación para los juegos de Río 2016 -el último partido con Rusia fue espectacular- y quinto puesto en Copa del Mundo celebrada en San Francisco son algunos de los mejores momentos vividos con mis compañeras del combinado nacional.
¿Cómo te llega la propuesta de ser jurado de los Premios Princesa de Asturias del Deporte?¿Cómo describirías la experiencia?
Por email porque estaba jugando la serie mundial de Sao Paulo. Y con una carta a casa. Fue una sorpresa positiva. Cuando todavía eran los Príncipes de Asturias los veía en la televisión. Los galardones aportan mucho prestigio no sólo en el ámbito deportivo, también de las artes, las ciencias o las humanidades, entre otras. Formar parte de un proyecto tan bonito es un orgullo y poder aportar mi granito de arena en forma de experiencia deportiva a pesar de no haber cumplido treinta años es fantástico. Me hizo mucha ilusión.
Lo de tu pasión inter-fronteriza por el rugby te ha hecho vivir tu sueño en Francia, Nueva Zelanda y hasta en las Islas Cook ¿Te sientes jugadora del mundo?¿Qué cosas has vivido y cuáles recuerdas con más cariño?
Pues la verdad es que sí me siento jugadora del mundo. Cuando me enamoré del deporte quería seguir conociendo y aprendiendo. Soy una persona muy curiosa. El primer paso fue Francia en una liga más competitiva y me permitió estudiar francés. El primer año me fui con una Erasmus pero luego se acabó la beca y me quedé para jugar en primera división. Volví a España y surgió la oportunidad de irme a Nueva Zelanda con Irene y Berta García. Nos fuimos a la meca del rugby. Era lo máximo. Ellas se quedaron una temporada pero yo volví y repetí experiencia. Porque me había encantado. En la segunda temporada surgió el torneo de las Islas Cook y pude entrenar con el equipo local una semana para ayudar. Recuerdo aquella experiencia con cariño porque además de sus puertas, me abrieron su cultura y su mundo para que lo pudiera compartir.
Y llegaron más giras. Como la de Chile. Dentro de Rugby Libre, un proyecto que la tiene ilusionada y que promueve la evolución social positiva a través del rugby como medio de educación de las personas en todo tipo de contextos sociales. El año pasado Patricia García estuvo en Marruecos compartiendo deporte. No entiende el uno sin los otros y dice alto y claro que el objetivo no es evangelizar ni enseñar sino compartir experiencias. Si puede también en Kenia antes de Navidad. “Es un intercambio deportivo, cultural y personal brutal y lo que yo recibo cuando viajo es más grande de lo que puedo aportar a nivel de conocimiento o rutinas deportivas”.
Eres la primera mujer española en firmar un contrato profesional con un equipo japonés de rugby…
Imagínate. Estoy encantada. Ahora que estoy instalada tras el traslado y la mudanza lo estoy disfrutando mucho. Además aquí, en Tokio, me están cuidando un montón. Vivo con tres jugadoras neozelandesas. La idea es aportar todo lo que pueda a una liga que tiene más nivel del que yo había pensado y un alto grado de profesionalidad. Ahora me falta ver la competición en puro estado. Estoy muy contenta y aprendiendo japonés.
En Río de Janeiro volviste con el Diploma Olímpico. Ahora tus miras están puestas en Tokio 2020. Dos años por delante y tú de avanzadilla ¿Qué sensaciones tienes de cara a los Juegos Olímpicos?
Tengo, sobre todo, muchas ganas. Es el objetivo de la temporada. La primera oportunidad es el Circuito de las Series Mundiales. Muy complicada. Tendríamos que quedar cuartas de la clasificación general al final del año pero es difícil. El campeonato de Europa que se celebra a finales de año es la primera oportunidad realista para clasificarnos. Trabajaremos para llegar en un buen estado de forma. De conseguirlo estaríamos más tranquilas el año olímpico y prepararíamos los juegos con más determinación y estrategia.
Asunción Mateos Villar
Fotos: Aljaž Babnik/Team PGR