La Voz de Pozuelo cumple un año. Hace doce meses veía la luz en formato digital la cabecera más recordada del pueblo.  Gracias al regalo de María Mora, hija de Jesús Mora,  fundador de la revista en papel -y mi maestro-, al que despedíamos en el verano de 2016. Cada vez tengo más claro que su adiós precipitó la puesta en marcha de mi aventura periodística.

La niña de mis ojos vino al mundo de madrugada en casa de la mejor matrona y confieso que al verle la cara se me escaparon las lágrimas. El gran esfuerzo había merecido la pena y me pudo la emoción. En ese momento nada hacía presagiar las noches en vela. Ahora que la crianza está un poco más controlada miro hacia atrás y se me escapa una sonrisa.

La Voz de Pozuelo ha crecido alimentándose de una vocación renovada y grandes dosis de ilusión. Apostando por la producción propia con la ayuda de gentes de aquí como Jesús Gironés, Pilar Palomo o Noel de las Heras que se han convertido en colaboradores de lujo y para los que sólo tengo palabras de agradecimiento. Como para quienes me han apoyado desde el principio.

Lo cierto es que no ha sido fácil porque cuento con escasos medios y jornada laboral a tiempo parcial que incluye fines de semana. Pero han podido las ganas de recordar –Érase una vez– revelar –Puente Aéreo– y contar historias. Que compongo a mi manera.

También un alma de reportera que ha guiado mis pasos a calles, plazas y espacios municipales para acercar a los vecinos -los de siempre y los nuevos- en secciones y a través de redes sociales*, lo que estaba pasando.

Con el objetivo de obtener información de primera mano -no suelo escribir de oídas- me he mezclado con catedráticos, políticos, cantantes, actores y bailarines. En Fiestas Patronales y Navidad con peñas, bandas de música, clubes deportivos, colectivos culturales y sociales que  forman parte de un tejido asociativo del que me siento orgullosa. Y encantada de ser su Altavoz.

En doce meses he cantado, bailado, reído y llorado. He compartido periodismo y, sobre todo, vida. Me he mirado en los ojos de Luz y he luchado con Nino. He sujetado las manos de Gabriel y he saboreado las palabras de Pamela y Encarna. He seguido aprendiendo con María Esperanza y me he divertido con Demetrio. Y, como siempre, me he emocionado con María Jesús. Lo reconozco: siento debilidad por mi Patio de Vecinos.

Si cuento esta Azotea he publicado 174 artículos que han recorrido pasado, presente y futuro de Pozuelo de Alarcón. Hasta –el callejero-. Los he acompañado de fotografías de ayer, de hoy y de siempre. Sin dejar de añadir contenido al suplemento cultural. Y me siento feliz.

Hoy apagaré una vela y brindaré por seguir cumpliendo años ¡Y porque tú sigas leyendo desde el otro lado!

Asunción Mateos Villar
Foto de Apertura: Rosa Gallego

 

(*) La Voz de Pozuelo supera los 800 seguidores en Facebook, se acerca a los 300 en Twitter y tiene algo más de 200 en Instagram

 

Con Jesús Gironés y Olga Luisa Arroyo en Pozuelo de Tapas

Junto a Pilar Palomo y María Carvajales en la sala EducArte