Pedro Ruíz fue el locutor deportivo más joven de España. Conoció a Dalí y compartió mesa con Camilo José Cela en la velada de entrega de los Premios Nobel. Trabajó a las órdenes de Berlanga y compuso canciones a Rocío Jurado y Raphael. Consiguió reunir a 24 millones de espectadores frente al televisor en “Como Pedro por su casa”. El fútbol es una de sus pasiones; Maradona le cambió su camiseta sudada por la camisa de una función y a día de hoy, entre libro y libro -va por el décimo sexto- y entradas al blog de su web, entrena con los veteranos del Real Madrid y del F.C. Barcelona. Hace dos décadas me recibió en su casa de Prado Largo y me habló de su vida, amarrada a un manojo de principios, y de su larga trayectoria en el mundo de la comunicación. También me reveló alguna que otra anécdota increíble pero cierta. Como las que ahora cuenta cada sábado en el teatro Amaya.
La Voz de Pozuelo. Verano 1996.
CONFIDENCIAL* es el espectáculo más personal, sincero y cercano de Pedro Ruíz. Porque ante el público dice la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad. Algo muy de agradecer en los tiempos que corren.
Durante noventa minutos nuestro vecino, más en forma que nunca, va desgranando pasajes de su vida, obra y milagros. Tan reveladores como el de las retransmisiones deportivas junto a Matias Prats (padre). Tan surrealistas como el que presenció en casa de Salvador Dalí con Mercedes Milá. Tan inesperados como el de Antonio Banderas. Aderezados con mucho humor y un poco de música. A media luz.
En CONFIDENCIAL no sólo es interesante y entretenido lo que Pedro Ruíz cuenta porque tiene que ver con personajes muy conocidos. También cómo lo cuenta. Desde la honestidad. Siempre ha sido y se ha sentido libre. Como su madre, Juana Céspedes. Porque así lo ha decidido. No porque alguien se lo permita.
Asunción Mateos Villar
