Dice que el pop español es la banda sonora de su vida y que se hizo periodista para tener un oficio porque, desde niña, le gustaba escribir. Sus comienzos fueron en El Renglón, un tabloide de Pozuelo de Alarcón, fundado por Olga Luisa Arroyo, donde supone que hizo reportajes iniciáticos de dudosa calidad. Ahora la tele devora y absorbe sus días. Pero saca tiempo para su próxima novela. Que si todo va bien verá la luz en 2025. Mucho antes, concretamente en horas, recibirá una condecoración muy especial.

Mañana la Alcaldesa de Pozuelo de Alarcón, Paloma Tejero, te impondrá la medalla de Hija Adoptiva de la Ciudad ¿Cómo y cuándo te enteraste de la concesión del reconocimiento?

Me llamó antes de las vacaciones y, como le dije en ese momento, es la noticia más bonita que uno puede recibir… Me ha hecho muchísima ilusión.

Hace algunos años tu padre dio el pregón de las Fiestas Patronales de Pozuelo de Alarcón y siempre habéis estado vinculados al municipio ¿Qué recuerdos guardas del pistoletazo de salida a los festejos desde el balcón del antiguo Ayuntamiento?

Tengo recuerdos emocionantes porque lo de ser pregonero siempre es una gran responsabilidad… Si además lo eres del pueblo en el que vives, con más motivo. Él ha sido y sigue siendo un maestro.

Hablando de las fiestas ¿Cómo las viviste de niña y de jovencita? Había bares y otros lugares mágicos y míticos que seguimos recordando los de la EGB en la Quedada Generacional de las Fiestas. Como el Cine Dalia, la pastelería de Los Nieto, la hamburguesería Begoña o el Bar Norte ¿Pasaste alguna vez con ellos?¿Cómo describirías aquellas experiencias?

¿Quién no? Somos hijas de esa generación de bares de Pozuelo y esperábamos las fiestas como agua de mayo porque era cuando nos dejaban llegar un poquito más tarde.

Creo que tus primeros pinitos en el mundo del periodismo fueron precisamente en un tabloide local de Pozuelo de Alarcón llamado EL RENGLÓN ¿Qué tal aquellos comienzos?

Sí, ¡es verdad! Imagínate. Poder escribir en un periódico ya era toda una proeza. No recuerdo bien qué hacía, pero supongo que reportajes iniciáticos de dudosa calidad (risas).

En los últimos años lo tuyo ha sido un no parar… periodismo, comunicación, literatura, familia… ¿Cómo has podido con todo?¿Cuál es el secreto?

¡No lo sé! Supongo que tengo alguna habilidad para organizar bien el tiempo. Soy disciplinada, eso sí. Y cuando me pongo, me pongo.

Recuerdo que en la facultad había un profesor que decía que los periodistas éramos escritores frustrados. Yo creo que por fastidiar. A la vista está que hay periodistas que escriben novelas como novelistas. Porque en realidad lo son ¿A ti nunca te asustó dar el paso a los libros?¿Cómo fue tu primera vez?

Nunca lo he pensado. A mí me gustaba escribir desde niña. Me recuerdo haciéndolo desde muy pequeña. Pero, claro, las letras no pagan una hipoteca. Así que me hice periodista para tener un oficio.

Todavía no ha pasado un año del Planeta ¿Has podido digerir ya todo lo ocurrido en los últimos meses?¿Cómo te sientes a nivel profesional?

En octubre habrá un nuevo Premio Planeta y todo habrá pasado. Ha sido un año memorable e imborrable por todo lo que he aprendido. Ahora estoy centrada en la nueva novela y en mi trabajo en la tele, que me absorbe y devora mis días.

¿Tienes otros planes profesionales a corto o medio plazo? De los que puedes hablar lógicamente…

La tele, como te decía, me agota, pero escribir es terapia en vena. Sin escribir no podría vivir, así que estoy centrada en sacar adelante el programa que hago por las tardes en Antena3 y la nueva historia que, si Dios quiere, estará lista para el año que viene.

Háblame un poquito de tus gustos musicales y gastronómicos y de lo que te gusta hacer en tu tiempo libre…

Soy de “cocidazo” madrileño. Me gusta leer sin mirar el reloj (es mi mejor descanso) y escucho pop español, que es la banda sonora de mi vida.

Asunción Mateos Villar