Dice Juan José Aizcorbe que los suyos vienen con un deseo: que dentro de cuatro años tengamos una ciudad mejor. Y si puede ser con la línea del tren y las de alta tensión soterradas. También que está preparado para el noble combate de las ideas.
El número uno de la lista de VOX a las elecciones municipales ha obtenido cuatro representantes y grupo municipal. Toda una hazaña si tenemos en cuenta que en la cita electoral de 2005 su partido, con 1884 votos, no obtuvo ningún representante. Esta vez cerca de 6.500 papeletas se han traducido en cuatro concejales.
Además de la entrada de VOX en el Ayuntamiento hay otra noticia que confirma lo que desde hace mucho tiempo era un secreto a voces. La fuerza más votada, el Partido Popular, con once representantes, pierde la mayoría absoluta; un hecho histórico porque siempre ha gobernado con ella olvidando la importancia de unas siglas que ahora han pasado factura. No tanta como algunos pensaban pero más de la soñada por Susana Pérez Quislant que estaba convencida de que aquí comenzaría la remontada del PP.
Los de Ciudadanos, a pesar del globo aerostático, se han quedado como estaban (cinco) y los de Somos Pozuelo sin grupo municipal. Sólo Unai Sanz se sentará en el salón de plenos. A pesar de las ganas y la imaginación -tan necesaria cuando no hay medios- que los verdes/morados han puesto en los últimos cuatro años y durante la campaña. Los socialistas han mantenido el tipo ganando un concejal (cuatro) y los Vecinos por Pozuelo, a pesar de la ilusión, seguirán siendo eso: vecinos por Pozuelo.
A partir de ahora todo es posible. Desde la fusión del azul y el naranja hasta una coalición de «perdedores» para sacar a los populares de Alcaldía. Y yo que pensaba que todo acabaría ayer.
Asunción Mateos Villar