Antonio Fraguas fue vecino de aquí durante décadas pero hace años que cambió de residencia. Vivía en Madrid y desde allí componía sus historias encerradas en viñetas para El País. Con idéntica genialidad que años atrás lo había hecho para El Mundo. Cuando se trasladó de casa profesional tuve la ocasión de charlar con Forges en su estudio situado en una urbanización de la Carretera de Húmera. Me acompañaba Carlos Mora. Tenía 22 años y llevaba cuatro meses trabajando en La Voz de Pozuelo. Hoy repasando aquella entrevista, que fue portada en marzo de 1995, me ha invadido la nostalgia recordando los nervios de la aprendiz frente al maestro y el regalo que nos hizo; la viñeta que tenía previsto publicar el 14 de febrero de 1995 en El Mundo y que nunca llegó a ver la luz en el periódico que, por entonces, dirigía su amigo Pedro J. Ramírez. Todo un detalle.
Qué tiempos aquellos de viñetas por y para Pozuelo. Su entorno más cercano no sólo no escapaba a su humor inteligente sino que casi siempre estuvo en el punto de mira del artista. Para bien o para mal.
A Antoñito le personalizó el kiosco. Del pueblo que se convertía en ciudad dijo que era la patria del “bujero” y confesó a Jesús Gironés que se reía muchísimo de sí mismo y que se tomaba el pelo continuamente (La Voz de Pozuelo 1985).
Ah! y a José Martín-Crespo le apodó “PePe el de la Motosierra” porque “en el Monte de Pozuelo no va a dejar ni un ciruelo”. Genio y figura.
Asunción Mateos Villar
¡Qué pena siento! Con su adiós pierdo al amigo de finales de los setenta y los ochenta. Con su marcha se va una época extraordinaria de efervescencia, lucha y alegría preparando un futuro libre.
Las pinturas debajo del puente y la creación de la Asociación de Vecinos; las reuniones y los planes. Siempre con gente imaginativa y animosa.
Antonio Fraguas se portó muy bien conmigo ayudándome en la campaña para las municipales de 1987. Recuerdo que había un culebrón que se llamaba “Simplemente María” y puso ese título en una pegatina para promocionar mi candidatura. Me acompañó muchas veces y tengo dibujos inéditos referidos a mí persona que guardo con cariño.
Forges era divertido, alegre, generoso con su tiempo y muy solidario. Pozuelo le debe algo. Todos le debemos algo. Hizo nuestros desayunos especiales con sus viñetas (riendo por fuera pero a veces llorando por dentro). El gran historiador de la España que nos tocó vivir puesta al alcance de todos.
Representaba una izquierda como nadie. Con vecinos como él y como Peridis las 109 Villas supusieron la semilla de la modernidad en un Pozuelo de caciques que necesitaba abrir los ojos para cambiar a la democracia.
María CarvajalesInterior de portada La Voz de Pozuelo. Verano 1985
La Voz de Pozuelo. 1999