El teatro de Pozuelo es, desde el punto de vista técnico, uno de los mejores de la región. De poco serviría si desde el artístico no lo fuera. De ello se encarga Rosario Gutiérrez. Más de una década al frente de la dirección del MIRA y su experiencia previa convierten a Charo en una visionaria cultural. O casi. Cada temporada programa espectáculos que después son reconocidos con Premios Max de las Artes Escénicas. De momento Cervantina (Ron Lalá), Vuelos (Aracaladanza) y La Respiración (Alfredo Sanzol) que pasaron por aquí en abril, octubre y diciembre de 2016, ya son finalistas en varias categorías. También Hamlet de Miguel del Arco; una de las pocas obras del director artístico de El Pavón Teatro Kamikaze que no ha pasado por Pozuelo y el último montaje del Ballet Flamenco de Andalucía que nos trajo, en mayo del año pasado, sus Imágenes.
El próximo 5 de junio se celebra en el Palau de las Arts de Valencia la vigésima edición de los Premios Max de las Artes Escénicas. La Fundación SGAE entrega estos galardones -las manzanas del poeta y artista plástico Joan Brossa– con el objetivo de reconocer el talento de los profesionales del Teatro y la Danza de nuestro país y la promoción de los espectáculos de la temporada.
Hace tan sólo unas horas se han dado a conocer los finalistas de las 23 categorías a concurso. Además se ha hecho pública la concesión del Premio Especial por su contribución a las Artes Escénicas a la Fundación Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro.
Quienes suelen hacer parada -y a veces fonda- en la cita manchega son los chicos de Ron Lalá. La compañía que dirige Yayo Cáceres versiona como nadie a los clásicos. Con música, humor e ingenio. Cervantina; su aproximación festiva al universo del mayor autor de nuestras letras, coproducida por la Compañía Nacional de Teatro Clásico, es candidata a los Max en tres apartados: Mejor espectáculo musical, Mejor adaptación o versión de obra teatral y Mejor actor de reparto (Álvaro Tato). El 9 de abril de 2016 pasaron por el MIRA con la sana intención de contagiarnos un virus. Por encantamiento… lo consiguieron.
A comienzos de otoño vimos los Vuelos de la compañía Aracaladanza en un deliciosa propuesta de danza para todos los públicos, inspirada en la imaginación de Leonardo de Vinci, que explora un sueño universal del hombre: volar. Su creación está nominada en las categorías de Mejor espectáculo infantil o familiar y Mejor diseño de vestuario (Elisa Sanz).
Y a mediados de diciembre llegaba La Respiración, una comedia sobre las penas y alegrías de una mujer separada que busca encontrar el equilibrio. Por esta historia de “una naufraga en su propia cama” Alfredo Sanzol es finalista en la categoría de Mejor autoría teatral y Nuria Mencía – que comparte cartel con nuestra vecina Verónica Forqué– en la de Mejor actriz protagonista.
Lorca y el príncipe danés
El Ballet Flamenco de Andalucía (Eduardo Leal, Antonio López, Alberto Sellés, Laura Santamaría, Alejandra Gudí, Florencia O’Ryan, Paula Comitre y Carmen Yanes) podría recoger el premio que reconoce el Mejor elenco de danza por Tierra Lorca-Cancionero Popular y Rafaela Carrasco el de Mejor Coreografía. Lo último que trajeron por estos lares fueron sus Imágenes.
Algunas de Israel Elejalde en Hamlet son desgarradoras. La versión de Miguel del Arco (Kamikaze Producciones y Compañía Nacional de Teatro Clásico), está nominada en los apartados de Mejor espectáculo de teatro y Mejor diseño de iluminación.
El director de escena desafía el canon interpretativo tradicional para plantear una versión poliédrica y desestructurada de la tragedia de William Shakespeare, donde el respeto por el verso original no está reñido con valientes y expresivas actualizaciones.
Con seis intérpretes, una cama, una cortina y proyecciones Miguel del Arco reescribe la historia de uno de los personajes más conocidos de la literatura universal. Con eso y la sobrecogedora carga dramática a la que nos tiene acostumbrados. Su atormentado príncipe danés todavía no ha pasado por Pozuelo. Quizás la próxima temporada. Ojalá.
Asunción Mateos Villar