La Junta de Gobierno Local aprobaba en primavera el proyecto de construcción de una piscina climatizada y salas en el Carlos Ruiz. El equipo de Gobierno anunciaba una inversión cercana a los seis millones de euros para dotar al complejo deportivo más renovado de la ciudad de espacios destinados a natación, artes marciales y tiro con arco. El año pasado las que mejoraron fueron las instalaciones del Valle de las Cañas; a la creación de una pista cubierta y la sustitución del césped de los campos de rugby y fútbol se destinaba  alrededor de un millón de euros. Mientras, en El Pradillo, desde la construcción de las pistas de pádel no se ha movido un ladrillo -salvo los que se caen del muro que separa la grada de los campos- y los accesos presentan un precario estado de conservación. Quizás la petición de un grupo de padres de limpiar la resina de las gradas para poder sentarse y de colocar un tejadillo para protegerse de la lluvia y el frío mientras siguen el entrenamiento o la competición de sus hijos sea lo más sencillo de resolver.

Que el polideportivo El Pradillo necesita un lavado de cara es algo que no se le escapa a ningún usuario. Y son muchos. También los visitantes. En los campos de fútbol de El Pradillo entrenan chavales de diferentes categorías de la Agrupación Deportiva Calasanz que además disputan algunos partidos oficiales. No son los únicos. Lo normal es que por sus vestuarios pasen cada fin de semana -en temporada- cientos de jugadores. Y se han quedado obsoletos. Además, como señala David, uno de los padres, los chicos ni siquiera cuentan con una zona habilitada para calentar y lo hacen sobre el cemento. “Cuando llueve resbala muchísimo y corren el riesgo de lesionarse”.

Los accesos al edificio -sede del Club de Gimnasia Artística- y a los terrenos se han deteriorado con el paso del tiempo y se han ido poniendo parches*. Hace poco se arreglaba un escalón desigual en la escalera principal pero basta un paseo por el entorno deportivo aledaño a la plaza de las Américas para descubrir que hace falta una rehabilitación integral que elimine parches en rampas, escaleras y barandillas. De paso podría renovarse el césped artificial que presenta un estado lamentable, dificulta el juego y representa un riesgo para los deportistas.

Lo de construir nuevos equipamientos siempre es una gran noticia para los habitantes de una ciudad en la que se practica deporte de forma masiva. Que no debería descuidar la tarea de conservación y mejora de los actuales.

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