No es un secreto lo inmenso y maravilloso que es este mundo. Te podría hablar de mil destinos; grandes, lejanos, de esos que para visitar tienes que hacer vuelos interminables (salvo que tengas la suerte de poder verte la saga completa de Piratas del Caribe), escalas, e incluso alguna noche durmiendo en el aeropuerto. Pero quiero empezar esta sección con uno de los pueblos más pequeños de España. Agranda el mapa que está en Andalucía. Sigue haciendo zoom que se sitúa entre Córdoba y Jaén ¿Ves ese punto blanco, teja y verde olivo? Se llama Luque.

Yo soy pozuelera y podría pasar por gata fácilmente, pero los orígenes de mi familia materna están en Luque. Mis abuelos eran Luqueños y supo impregnar mi corazón de Luque. Yo soy luqueña y cada verano, navidad, semana santa..  hasta ser adulta los he vivido allí.

Luque contaba con 2994 habitantes en 2019, se encuentra a 74 kilómetros de Córdoba y su principal atractivo turístico son sus calles blancas, patios y la catedral.

Dicho así podrás pensar, bueno, otro pueblo andaluz más.

¿Sabes qué es la magia? Si lo quieres descubrir visita Luque. Yo llego allí y me traslado a otra época, empiezo a fantasear con dragones y princesas que son rescatadas. Sus calles en la noche, con la niebla del invierno, irradian misterio. Y no es raro, han sido testigos y protagonistas de continúas disputas bélicas.

Hoy te voy a regalar un tour por Luque y te animo a que esta Semana Santa vayas y descubras con tus propios ojos este bonito rincón de la Subbética.

 El Castillo de Luque

La llegada a Luque se hace a través de una estrecha carretera rodeada de campos de olivos perfectamente alineados. De pequeña sabía que había llegado gracias a un antiguo paso a nivel, sentía las ruedas pasar sobre las vías por las que tiempo atrás circuló el tren a vapor.

Lo primero que se avista es el Castillo de Luque. Solía subir a jugar en su interior y ver a los cuervos volar. Un señor nos contó que los cuervos del castillo te quitaban todo aquello que llevaras que fuera brillante; pasamos horas allí con cosas brillantes. Jamás bajaron el vuelo. Hoy no se puede jugar en el interior de castillo pero sí se puede visitar con reserva previa. Hace ya unos años iniciaron su restauración y aún permanecen las obras.

El Castillo de Luque tiene su origen en las postrimerías del Emirato Omega (S.IX) y está ubicado sobre la base de una antigua fortaleza romana. A finales del siglo IX fue conquistado por el rebelde Muladí Omar Ben Hafsun y su aliado Mastana que  lo fortificaron y lo convirtieron en centro de sus maniobras.

Fernando III El Santo lo conquistó en 1240 y lo convirtió en plaza fuerte contra el poder de la media luna. Los restos que hoy se conservan son principalmente del siglo XIII.

El Castillo de Luque consta de dos grande torreones y tres lienzos de murallas que defiende el acceso a su interior por medio de una entrada recodo y una puerta que en su día fue levadiza. Está situado en un pequeño cerro en el centro urbano. Rodeando a este núcleo fortificado perduran los restos de una primera muralla, que constituía como una pequeña alcazaba. Más abajo, en el lugar que ocupaba la antigua villa, se encuentra una línea de murallas flanqueadas a intervalos regulares por torres cuadrangulares macizas, que posiblemente se construyeron mucho antes del siglo XIII.

Ya adentrados en el pueblo, como pasa casi siempre, lo primero que nos encontramos es la plaza. La plaza de Luque está llena de naranjos, tiene una fuente de tres caños y su parroquia, La Catedral de la Subbética.

Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción

Me recuerdo desde bien pequeña yendo a adornar a los santos con flores, también quitando el polvo de los bancos con las señoras. La parroquia era inmensa, tan grande, tan alta.

No sé si te ha pasado que visitas un sitio de pequeño y te parece enorme, pero luego cuando creces y vuelves te dices “¿y esto era todo? ¿Cómo podía recordarlo tan graden en mi mente?” Bueno, pues con la Parroquia de Luque eso no pasa, sigue pareciéndome tan grande como cuando era pequeña, y ahora además no puedo dejar de sentir asombro al contemplar su retablo, sus techos, sus columnas, su torre…es maravillosa. Por eso fue declarada Monumento Histórico-Artístico Nacional en 1976.

Su construcción fue promovida por Don Cristóbal de Rojas y Sandoval. Sus obras se iniciaron en 1557 y se prologaron hasta 1598. Fue obra de los arquitectos Hernán Ruiz II y III, Sebastián de Peñarredonda y Juan de Ochoa. Debido a que su construcción se extendió medio siglo, se aprecia en ella una conjunción de estilos, gótico, mudéjar (fruto de la fusión del arte cristiano y musulmán) y renacentista tardío, que la convierte en una obra arquitectónica inconfundible y original. Consta de tres naves separadas por arcos de medio punto. Su nave central tiene una cubierta con artesonado de par y nudillo y lacerías mudéjares.

La torre campanario, cuya traza inicial fue obra de Hernán Ruiz III y se comenzó en 1592, no sería terminada hasta el año 1697, por este motivo en su realización intervendrían varios maestros canteros. Concretando, parece probable que los tres primeros cuerpos se trazaran en tiempos de Hernán Ruiz III, Juan Ochoa y Pedro Fraile de Guevara y el cuerpo de campanas de tendencia Herreriana, sería obra de Juan Aranda Salazar. Este cuerpo está formado por dieciséis columnas de orden compuesto estriadas, que sostienen una cornisa sobresaliente y todo cubierto por una cúpula cónica, rodeada por cuatro acróteras en forma de bolas.

Además en las últimas obras de rehabilitación realizadas, fueron descubiertas dos criptas de los siglos XV y XVI, y un osario del S. XVII. Que tienes la posibilidad de ver a determinadas horas del día.

Uno de los mejores aceites del mundo

Ahora, nos toca adentrarnos en las calles de Luque. A estas alturas lo mismo has olvidado que empecé hablando de la magia del lugar, del misterio de sus vías en la noche. Pero no hable de la luz que proyectan durante el día, ni de los patios de sus vecinos, cuidados al detalle. Realmente desearás tomar un vino en ellos, fino, por supuesto.

Te recomiendo pasear por todas sus calles, curiosear y hablar con sus gentes. Darás con rincones tan maravillosos como el Patio de Rafi Ordoñez, el de la Familia Mari Lili Lázaro o la fuente de la Ermita de la Aurora.

Como en todos los pueblos, en Luque también se cuentan historias, la más conocida podrás descubrirla si visitas La Cueva de La Encantada.

Esta cueva se encuentra 40 metros de profundidad, en el casco urbano de la Luque. En ella están representadas escenas de pintura esquemática del neolítico y calcolítico, aparecidos en diferentes cuevas y covachas de la localidad. La cueva se presenta al visitante como una oportunidad de poder contemplar estas pinturas que debido a la dificultad de los accesos originales los hacen prácticamente imposibles de visitar, en las mismas o parecidas condiciones de humedad, temperatura y oscuridad.

También hice referencia a sus campos de olivos. En Luque podemos adquirir uno de los cien mejores aceites de Oliva virgen extra de mundo. Con esto lo que intento decirte es que no puedes irte de Luque sin visitar el centro de interpretación del aceite. Está situado en la misma estación de Luque a pie de Vía Verde, y junto al mar de olivos que baña el pueblo. Fue inaugurado en Noviembre de 2012, y en él podrás estudiar, ver, degustar y sentir la historia del olivo y del mundo del aceite. También asistir a catas dirigidas de aceite, degustaciones, ver vídeos del olivar y comprar aceite y productos típicos de Luque.

Para terminar te diré que uno de los mejores momentos para visitar Luque es Semana Santa, porque se considera una de las más antiguas de la provincia de Córdoba, sus cofradías ponen todo el corazón en lo que creen y logran emocionarte verdaderamente.

Witis