Mayte Ruiz: “Me gusta hacer feliz a la gente a través de la música”

La directora del coro One Soul de La Lira, Mayte Ruiz, se ha pasado la vida rodeada de música. Asegura que uno de sus mayores logros ha sido dedicarse al arte heredado de su padre. Pero hay otro histórico; reunir cien voces en el escenario del Mira Teatro en el primer encuentro de coros góspel de Pozuelo de Alarcón. Mujer tenía que ser.

La curiosidad de Mayte Ruiz hacia la música surgió desde muy pequeña y por aquel entonces ya tenía claro cuál era su vocación. Estudió la carrera de magisterio musical y desarrolló sus prácticas en su colegio de la infancia, en Pozuelo. Después entró en el conservatorio para hacer canto lírico. Sin embargo, una enfermedad le obligó a abandonarlo un año después. Como tenía clara su profesión retomó las clases con el prestigioso pianista y profesor de canto inglés David Mason.

Mayte reconoce que siempre se ha sentido atraída por el soul y los espirituales. Durante cuatro temporadas participó en el Coro Góspel de Madrid y conoció a su directora con la que no ha perdido el contacto porque de ver en cuando acude a algún taller. “Nancy Roncesvalles me abrió los ojos y me introdujo en el mundo de la música negra”.

Tras varios años ejerciendo como profesora de música en un colegio de la Estación Mayte se queda en el paro. Pero La Lira de Pozuelo le hizo una propuesta que no dudó en aceptar. No podía perder la oportunidad de seguir haciendo lo que más le gusta del mundo y comenzó a dar clases de música en su escuela. Pero una idea le rondaba por la cabeza. “Mi intención realmente era crear un coro góspel y me puse manos a la obra”.

Mayte consiguió reunir a diez voces que hacían versiones de grupos y cantantes. La directora de One Soul admite que de vez en cuando metía alguna canción de góspel pero que no fue hasta meses antes de la pandemia cuando comenzaron a dedicarse de lleno a la música negra. En la actualidad el coro cuenta con medio centenar de voces y una banda compuesta por bajo, teclado y batería.

Al principio la profesora se ocupaba de todo: letras, las partituras, gestión de los eventos… pero llegaron nuevas voces que se hicieron cargo de las gestiones burocráticas y eso supuso un alivio considerable. “Ahora puedo centrarme en hacer arreglos, organizar las tres cuerdas y centrarme en los aspectos puramente musicales”.

Los chicos del coro

El coro se organiza en tres voces: soprano y contralto en las mujeres y tenor en los hombres. La mayor parte de los miembros de One Soul tienen nociones musicales o sienten pasión por la música. Aunque solo hayan cantado en la ducha. Sin embargo, todo el mundo es admitido tenga o no formación. Las audiciones se desarrollan en los meses de junio y septiembre.

En cuanto a la organización Mayte reconoce que, en ocasiones, es más difícil manejar a los adultos que a los niños. Porque en el contexto escolar deben que si la profesora está hablando ellos deben permanecer en silencio. Pero no es el caso de sus chicos del coro. Ella entiende que los ensayos les sirven para desconectar de su día a día pero reconoce que a veces debe dejar su sonrisa a un lado para mantener el orden.

Pese a ello la maestra no encuentra ningún “pero” a su labor como directora y destaca por encima de todo el proceso creativo: pasar de una idea en su cabeza a plasmarla es algo que le provoca una gran satisfacción. Otra de las cosas que le apasiona de su trabajo son los conciertos. La mayoría de las actuaciones de “One Soul” son sin ánimo de lucro y los fondos se destinan a financiar el material necesario y los desplazamientos.

Hace unos días fueron a comprar grúas para enfermos de ELA y las pasadas navidades acudieron de forma desinteresada a una residencia de mujeres con discapacidad. Estas actividades, confiesa la directora, “son las que realmente me llenan como persona y como profesional”.

Marina Rivet Soltero