Suponía que Nino Salvatore estaba tramando algo cuando me escribió para que nos viéramos pero, ni de lejos, lo habría imaginado. Resulta que sus colegas de entrenamiento en el Carlos Ruiz han aprovechado el confinamiento para cambiar el rumbo de sus carreras deportivas. Eloy y Manuel Ortiz, hermanos, jugadores de rugby y canteranos del Olímpico de Pozuelo, han decidido abandonar la melé y dedicar el tiempo que antes no tenían a dar un nuevo enfoque a la Asociación de Lucha de Brazos creada hace un tiempo por el flamante campeón de España en 2017. El tridente celta quiere convertirla en una Agrupación Deportiva para promover en la ciudad, además de los pulsos, otras disciplinas relacionadas y también minoritarias. Como el levantamiento de piedra, el atletismo de fuerza (strongman) y la potencia (powerlifting). Todo un reto al que los tres se enfrentan cargados de ilusión y, a veces, de piedras.

Lo malo que tiene ser de aquí es que es muy complicado hacer una entrevista en una terraza del centro del pueblo sin que nadie se pare a saludar a los entrevistados. Lo bueno es que, en estos casos, no grabo y solo tengo que despegar unos minutos el bolígrafo del cuaderno. A juzgar por la cantidad de peatones que intercambiaron impresiones con Eloy, Manuel y Nino yo diría que tienen garantizado el éxito de la  aventura en la que acaban de embarcarse. Aunque van a necesitar mucho más que simpatizantes. Que también.

Lo más importante es encontrar la sede para su agrupación deportiva y la financiación suficiente para hacer frente a la compra de materiales. Pero no es tarea sencilla. Porque el espacio tiene que reunir todos los requisitos necesarios para la práctica de las diferentes disciplinas y los gastos iniciales son elevados. Por eso, en junio, presentaron el proyecto en la concejalía y solicitaron una subvención municipal. Que les vendría de maravilla para dar los primeros pasos hacia una meta clarísima: organizar torneos y crear escuelas adaptándolas a alumnos con capacidades diferentes.

El reto suena tan bien que acabo contagiándome de su entusiasmo y eso que reconozco públicamente mis escasos conocimientos sobre el harrijasotze; una costumbre ancestral de usar rocas para medir y comparar la fuerza humana convertida en deporte moderno con federación, reglas y campeonatos. Los “hermanitos” se han aficionado a levantar piedras singulares en sus ratos libres. Siguiendo los consejos del txapeldun Félix Campos que, a sus 72 años, se ha propuesto hacer como ellos con una de 150 kilos. Debo poner ojos de susto por encima de la mascarilla cuando Eloy me dice que la cuestión es más maña que fuerza y, casi al mismo tiempo que Manuel, añade que es fundamental el entrenamiento.

La Montaña Hafpór

El atletismo de fuerza o strongman es otra variante que el tridente celta quiere dar a conocer a través de la agrupación. Es muy popular en el mundo anglosajón pero en nuestro país bastante desconocida. Los mejores del mundo son capaces de volcar un coche, levantar pesados troncos por encima de la cabeza o hacer levantamientos de más de 300 kilos en peso muerto. El más famoso es el atleta y actor islandés Hafpór Júliús Björnsson o La Montaña en “Juego de Tronos”. Tiene 32 años, mide dos metros y pesa ciento noventa y tres kilos. Ha sido cinco veces el hombre más fuerte de Europa y durante el confinamiento ha batido el récord del mundo de peso muerto levantando nada más y nada menos que 501 kilos.

El powerlifting o levantamiento de potencia es la tercera apuesta. Consiste en levantar el mayor peso posible en tres ejercicios: sentadillas, press banca y peso muerto. Tiene cierto paralelismo con la halterofilia pero, a diferencia del deporte que practica Lidia Valentín, no es una disciplina olímpica. Sin embargo, está dentro del programa de las paraolimpiadas y en España contamos con competidores de talla mundial.

Grosso modo es el equipaje. Como el barco no ha zarpado queda una apasionante travesía por delante para intrépidos marinos que nada tienen que envidiar a Popeye. El de las espinacas y la pipa no ha ganado un campeonato de España de Lucha de Brazos. Ni ha levantado piedras de más de 120 kilos. Que sepamos.

Asunción Mateos Villar
Fotos: Noel de las Heras