La historia se repite. La última vez que charlamos acababa de ganar el campeonato de España de Lucha de Brazos. Tras recuperarse de una rotura de ligamento cruzado y menisco y competir en la categoría de más de 100 kilos. Porque en cinco meses de reposo domiciliario ganó veinte. Corría el verano de 2017 y Nino Salvatore acababa de volver de Reinosa. De proclamarse campeón con los dos brazos. Acabamos hablando del amor y me confesó que no tenía pareja porque no podía dedicarle tiempo. Cinco años después no solo lo ha encontrado sino que lo ha multiplicado por tres. Con Natalia tiene dos hijos; Candela y Massimo. En junio el actual campeón de España con el brazo derecho en las categorías Master y Senior se rompió el escafoide y sufrió aplastamiento de talón y metatarso. Justo cuando tenía previsto comenzar a preparar el mundial de Antalya (Turquia). Ahora sin férula se ha puesto a entrenar duro y sigue una dieta estricta. Para competir en la categoría de menos de 100 kilos. Tiene un entrenador personal/amigo que le vigila de cerca. Se llama Manuel Ortiz y es mejor no llevarle la contraria.

Nos conocimos durante los preparativos de un open de Lucha de Brazos que tuvo lugar en los salones de La Inseparable. Ha pasado una década. Pero Nino apenas ha cambiado. En las distancias cortas habla bajito. A simple vista nadie podría imaginar que es terco como la mula que acompaña al Nápoles, el equipo de fútbol de la tierra de su abuelo, zapatero de profesión y aficionado a los pulsos. Aunque se identifica más con el oso. Por su Asturias patria querida y por castizo. Le encanta el dibujo de Mario Ferrero.

Ahora se ha empeñado en bajar de peso y preparar a conciencia el campeonato del mundo de Lucha de Brazos que se celebra el próximo mes de octubre en Antalya, una ciudad turca considerada balneario que conserva restos de la época en que fue puerto romano. Para competir en la categoría Máster con el brazo derecho. Todo un reto que le ha llevado a consumir pollo a la plancha en cantidades industriales y a beber litros y litros de agua e infusiones. También a vender pegatinas y buscar patrocinadores. Porque ahora no puede hacer horas extra en el trabajo y anda más justo de dinero. De momento, cervecería La Aurora en Pozuelo de Alarcón y Extreventos en Don Benito (Badajoz) apoyan su causa.

Quedan dos meses y está muy animado. No ha dejado el gimnasio y mantiene el tren superior en forma porque la empresa para la que ahora trabaja mueve unos 100.000 kilos de carne al día. Su tarea comienza a las cuatro de la mañana y consiste en colgar y cortar con sierra eléctrica grandes piezas de vaca o ternera en Mercamadrid. Para llevarla a cabo con éxito hay que tener maña y fuerza.

En la lucha de brazos además hay que ser constante y Nino Salvatore no ceja en su empeño. Todavía sueña con que la disciplina sea considerada deporte en nuestra región como ya lo es en Cataluña donde existen clubes deportivos y campeones, como Iván Portela, padrino de su hijo, muy valorados. Y con tener su propio canal de Youtube. “Me encantaría hablar de la lucha de brazos desde un punto de vista más profesional y Natalia está dispuesta a echarme una mano”.

Una mano y hasta un pulso. Porque a la mujer que ha puesto orden en su vida y le ha dado dos preciosos “oseznos” se le da bastante bien. Es zurda y campeona de brazo izquierdo. Guerrera, como todas las chicas. Por eso no le dejo que se viniera abajo durante la pandemia. “Me afectó mucho y pase de no entrar en casa a no querer salir. Corría por salud mental y dejé de hacerlo por mis lesiones. Estuve con una muleta más de un año”.

Los obstáculos los está dejando atrás. Solo mira hacia delante. Donde está su meta. Cerca de aguas color turquesa. A unos 3.000 kilómetros de distancia.

Asunción Mateos Villar
Fotos: Noel de las Heras

Estoy preparando a tope el campeonato del mundo de Lucha de Brazos