Dice Carlos Moreno que la radio es como una droga. Es adicto desde que, con quince años, José Antonio Abellán le dio una oportunidad en los 40 Principales. En 2006 se hizo cargo de las mañanas del fin de semana en Cadena 100 batiendo todos los récords de audiencia. Desde hace siete años se dedica a poner las calles en Cadena COPE de cuatro a seis de la mañana. Todavía no ha amanecido cuando su voz acompaña a la comunidad de ponedores. Con ellos ha estado durante la pandemia convirtiéndose en alguien de la familia. Informando pero también cumpliendo una labor social. Su alter ego responde al nombre de «El Pulpo». Se lo puso el director del programa para el que trabajaba de técnico de sonido. Porque sus manos parecían tentáculos mezclando canales. Toda una hazaña en un tiempo de cartuchos y cintas abiertas. El próximo 9 de septiembre conducirá otra Quedada Generacional y pinchará los éxitos de los noventa. Porque aunque los ochenta fueron nuestros se han quedado muy atrás.
Hablando con Carlos del maravilloso mundo de la radio y de los grandes radiofonistas que ha dado nuestro país le confieso lo mal que llevo el síndrome de abstinencia. Lo comprende porque con tantas décadas a pie de micrófono está seguro de que no podría dejar de viajar a través de las ondas. Lo suyo ha sido una carrera de fondo con coqueteos puntuales en la mesa de control. Dice que no hay secretos y que la infusión de jengibre con limón y los dos litros de agua que consume, entre las cuatro y las seis de la mañana, le alimentan más -sobre todo el alma- que los dos tramos diarios que dedica a dormir.
Desde Málaga, donde descansa unos días con la familia hasta incorporarse en septiembre a “Poniendo las calles”, me ha contado sus impresiones sobre la radio, la vida después de la pandemia y la música como la más inocua de las terapias.
- ¿Cómo te pillo Carlos?
Relajado y morenito. Me acabo de comer dos churros con mi padre. Estoy descansando y despertándome como una persona normal. Entre las ocho y las nueve de la mañana. Ahora tengo tiempo para disfrutar de los míos y compartir cervezas con los amigos. Mi programa de radio está en buenas manos y solo salgo de Estepona para ejercer de Dj Pulpo.
- Hablando de la radio. Llevas más de media vida detrás de una “alcachofa”…
Tan ricamente. Aunque hago muchos eventos para mí la radio es lo primero. Empecé con catorce años. Me volvía loco la comunicación y que a través del micrófono de mi radiocasete me contasen cosas que me emocionaban. A partir de ese momento tuve claro que quería formar parte de ese mundo, conocerlo por dentro. Así que me fui pateando las radios hasta que un día José Antonio Abellán me abrió la puerta, me dio una pequeña oportunidad y me dijo: tú vivirás de la radio. Desde entonces he hecho un montón de cosas y programas de éxito. Pero lo más importante es la conexión con la gente. Es alucinante crecer con la audiencia y comprobar que canciones, que en su día presentaba como novedad, se han convertido en himnos. Todo eso es como un regalo que conecta la radio con los escenarios. A la gente con la vida. A los oyentes con una Quedada Generacional.
- Ahora en “Poniendo las calles” estás con quienes trabajan de noche. Menudo madrugón te metes ¿no?
Sí pero no me cuesta porque en dos horas de radio acompaño a muchísima gente. Cuando se enciende el piloto rojo del estudio comienza la magia. Que se traduce en vivencias muy bonitas. Yo que me pateo España alucino cuando llego a Ciudad Real o a Calatayud y alguien se me acerca y me pregunta qué tal está mi padre con lo de la pierna. Porque un día hace cuatro meses comenté en directo que tenía un problema de salud. La gente se identifica contigo porque es como tú, con tus mismas inquietudes y problemas. En “Poniendo las calles” estamos conectados con la realidad. Con los currantes, con la gente insomne, con quienes viven al revés agobiados por los problemas. El Estudio General de Medios dice que somos líderes en nuestra franja horaria pero a mí el EGM que me vale es otro. Es el de quienes me dicen “oye pulpo, yo soy ponedor”. Creo que un comunicador triunfa a través de la radio cuando es capaz de empatizar y cuando se imagina al que tiene al otro lado; al que escucha. Eso es lo que me hace sentir satisfecho.
- ¿Cómo va la gira de El Pulpo?
Estamos en 2022. Se ha muerto mucha gente desde el comienzo de la pandemia y estamos viviendo el verano que necesitábamos; el de salir a la calle, tomarte una copa con los amigos, disfrutar de la música en directo… Todo eso mezclado ha hecho que estallen de forma positiva los festivales, los diyey están funcionando muy bien, hay conciertos multitudinarios con todo vendido y aforos completos. La gente necesita divertirse. Este año está siendo muy bueno. En mi caso estoy cumpliendo con los compromisos que tenía desde 2020, que fueron aplazados o se quedaron en el aire, y luego haciendo plazas nuevas. Estoy muy contento y comprobando que la gente necesita la música para vivir. También los abrazos. El contacto físico es necesario. Por eso, cuando el pasado mes de junio celebramos en el Wanda el 30 aniversario de la Cadena 100 dije que yo solo salía para hacer que la gente se abrazase. Para que nos diéramos un abrazo por la vida. He vivido en primera persona el COVID porque mis padres estuvieron a punto de morir y he escuchado muchas historias de oyentes que han perdido seres queridos. Eso me ha afectado y he estado tiempo sin poder dormir. También he llorado mucho. La vida es lo más importante y hay que celebrarla cada día.
- Por ejemplo con un encuentro generacional con Rafa Sánchez y No me pises que llevo chanclas en directo y tu selección musical. Adelántame algo…
Mi formula es la de siempre porque funciona. Es la de pensar en las canciones que forman parte de la vida de todo el mundo. Buscar recuerdos. Esta vez me voy a centrar más en los noventa porque el tiempo va pasando y los ochenta se han quedado muy atrás. Han pasado cuarenta años… Voy a ordenar un poco más la música y a darle un puntito más de actualidad en cuanto a que avanzamos en la generación musical. Cambiamos un poco de década pero con el objetivo de siempre: no parar de cantar y bailar. Cada vez que voy a las Fiestas de Pozuelo compruebo que la gente se organiza fenomenal. Los chavales de diecisiete o dieciocho años se colocan delante y los demás por detrás. Cabemos todos. Y encima con la actuación de Rafa Sánchez que tiene cantidad de números uno en la historia de la música de nuestro país con La Unión y Los Chanclas con los que he coincidido en un montón de conciertos este verano. Creo que va a estar genial. Porque el tiempo ha pasado pero las canciones están en el corazón de las personas y cuando suenen lo vamos a pasar muy bien. Como el tiempo es limitado y el espectáculo tiene una duración muy concreta voy a seleccionar el solomillo. Que la gente venga preparada. Porque va a ser una gran noche.
Asunción Mateos Villar