A finales de los ochenta un puñado de amigos que además eran músicos forma en la localidad sevillana de Utrera el grupo No Me Pises Que Llevo Chanclas. Entre fiestas y risas con guitarras de palo inventaron canciones con letras frescas y desenfadadas. A su estilo lo bautizaron como Agropop. Comienza una historia inacabada con catorce discos en el mercado en los que han colaborado otros grandes de la música como Kiko Veneno, Muchachito Bombo Infierno, Raimundo Amador, Andrés Calamaro o Pablo Carbonell. A Pepe Begines lo pillé en casa, descansando y cogiendo fuerzas para Fuengirola y Baeza. Llegan con las pilas cargadas, sus grandes éxitos y la sana intención de contagiar humor y alegría en la décimo quinta Quedada Generacional.

¿Cómo va “Rock con Tomate 2022”?

A mí esta gira me recuerda a nuestros principios. Imagino que con tanta desgracia continuada ha hecho falta meter alegría en el cuerpo y como nosotros nos dedicamos a esta parte feliz de la vida de las personas pues están contando mucho con la banda. Tenemos muchísimos conciertos tanto de “No me pises que llevo chanclas” como de “Toreros con chanclas” y lo estamos viviendo de una forma muy bonita. Con mucha alegría y muy buen humor en la furgoneta y más allá. La gente agradece tanto nuestra música… Estoy pensando en poner una clínica (risas) porque me dicen mucho eso de que le he quitado cinco, diez y hasta veinte años de encima. Si me pongo una bata blanca gano un dineral.

Toreros con Chanclas. Pedazo de fusión ¿Qué tal está funcionando?

Pues muy bien. Hemos hecho una mixtura de temas; nuestros y de Toreros Muertos. Hemos hecho una banda porque queríamos girar mucho. Chanclas por un lado y Toreros Muertos por otro podía ser pero era más divertido convivir. Más que un proyecto musical es una vivencia que estamos teniendo. Creo que Pablo Carbonell y yo somos hermanos siameses. Estoy convencido de que nos separaron de pequeños y ahora nos hemos vuelto a encontrar y está siendo muy bonito. Porque vivir un concierto juntos, revueltos, ahí como metidos en la termomix es una experiencia única. Hacemos dos canciones nuestras, luego él hace dos suyas y luego cantamos juntos. En realidad ha nacido un nuevo proyecto y lo estamos disfrutando con una gran sonrisa en la cara.

Llevas más de media vida en esto de la música y tan a gusto ¿Qué barbaridad no?

Pues sí. Esto, verás… yo creo que el 50% de todo es el público. De una canción el oyente, de un libro el lector, de una película el espectador. La gente es la que ha decidido que llevemos treinta y cinco años con chanclas. También creo que nosotros vivimos una época en los ochenta y en los noventa en la que todo no iba tan rápido y la producción discográfica tenía otro corte. Daba tiempo a ser más longevos por la ley natural de la industria. Nosotros tenemos catorce discos si no recuerdo mal y esto te da tiempo a extender una obra, a que esté llena de éxitos. Tanto es así que en nuestro directo que tiene como una hora y media larga nos cuesta trabajo quitar una canción para poner otra y eso la gente lo nota y lo agradece porque es un concierto que está mucho arriba. Puede que otros grupos, por el perfil o por las circunstancias, puedan tener un éxito puntual pero luego hay que defender un concierto de casi dos horas y eso no es fácil.

Ahora que lo mencionas ¿Cuántas canciones de “No me pises que llevo chanclas” nos sabemos sin saber que las sabemos? Un dos tres responda otra vez

(Muchas risas) Miguel Costas de Siniestro Total siempre lo decía. Siempre quedan las canciones. No quedan los grupos ni las personas ni los nombres. Hay hasta canciones de los Beatles que no son ni de ellos o las que canta Julio Iglesias. Las canciones son las que perduran y a mí no me importa. Con el paso del tiempo pasa a ser algo popular, ya no es ni tuyo, tu fuiste el que la inventaste pero la gente se ha apoderado de ella. Y respondo otra vez: bolillón, y tú de quién eres, el canario, contrabando de sandías y de naranjas podrías, No veo ná, el amoto. Campana y se acabó. (Muchas más risas).

¿Cómo va a ser el show en Pozuelo?

Pues muy muy intenso. Desde que salimos. Creo que hemos dado a nuestro directo una curva emocional y rítmica muy alta porque para menear esos cuerpos y esos corazones creo que hace falta tirar para arriba. Nosotros además no somos un grupo que le cantemos al amor -que ya está bien- (risas) Entonces no se nos ocurre empezar diciendo te quiero pero me dejaste. Es muy respetable pero bueno no me toca a mí eso. Lo que hacemos es recordar muchos éxitos acumulados en muchos años de carrera como “Las calles de Chicago” que fue nuestro primer sencillo en el año 1988. La gente después de los años no quiere escuchar canciones del disco que sacamos antes de la pandemia y que la pandemia destrozó. Así que habrá temas muy conocidos y buenas vibraciones ¡Qué estamos de Fiestas Patronales!

Os toca abrir la Quedada Generacional y eso no será muy tarde ¿Pueden ir los que no son de la EGB?

Son muchos los niños y jóvenes que vienen ahora a vernos. Esto es como la new age de los ochenta. Los abuelos van con los nietos y los padres con los hijos porque ha dado tiempo a que nuestra música se haya dilatado en varias generaciones. La verdad es que es muy gratificante ver a gente más joven que nosotros en los conciertos. Y yo no soy mayor ¿eh? Tengo cincuenta y cinco años porque comencé casi de chico en esto de la música. Hay padres que ponen a sus hijos nuestras canciones en el coche cuando van a la playa. A ellos les gustan, les ponen atención, nos empiezan a seguir y van a nuestros conciertos. Es un proceso que se está repitiendo y es un gusto vivirlo. Yo creo que las cosas en vez de buenas o malas son bonitas o feas y nos están ocurriendo muchas cosas muy bonitas. Y eso quiero, rodearme de cosas bonitas.

A El Pulpo y a Rafa Sánchez ¿Ya les habéis regalado unas chanclas?

Al pulpo le conozco yo desde que no le había salido la barba; desde que estaba en 40 principales… hace muchísimos años. El otro día nos hicimos una foto; de estas que son 25 años después y con la misma pose y es curioso como cambiamos las personas. Pero las almas son las mismas y yo le tengo mucho cariño porque es un tío estupendo, hemos crecido juntos en esto y me alegro de compartir escenario con él. Con Rafa Sánchez he coincidido muchas veces. Con el nuevo auge que tiene la música de los ochenta y de los noventa es habitual que nos crucemos en el camino. Creo que la última vez fue en Ronda. Pertenecemos a una generación que dio muy fuerte en la música. Al fin y al cabo antes de los ochenta estaba como iniciándose en nuestro país, Los Brincos, Los Bravos, Los Sirex fueron los pioneros del rock made in Spain. Luego ya cogió velocidad crucero y pasó a otra dimensión.

Hablando de cruceros dentro de nada os volvéis a subir al Barco Ochentero…

Hemos embarcado más de una vez. Yo personalmente el año pasado con la banda al completo. El transatlántico tiene un teatro que parece el Lope de Vega. Es algo impresionante dentro de un barco flotando. Son unos días de convivencia muy bonitos. El año pasado fue extraño por el COVID -no se podía desembarcar- pero es una travesía muy chula. Los conciertos a bordo convocan a todo el mundo y navegas de noche. Es algo que yo recomiendo. Además es como un retiro; no hay móviles y todo el mundo gana. Una vez leí en un bar un cartel que decía “No tenemos wifi hablen entre ustedes”. Pues eso.

¿Qué hace Pepe Begines cuando no está de gira?¿A qué dedica el tiempo libre?

Bueno la verdad es que libre no tenemos mucho tiempo. Hemos cogido cierta adicción al trabajo. Yo personalmente estoy ahora liado con una película, un musical flamenco que está preparado para el cine. Estamos ya con la pre-producción. Pero cuando puedo me gusta hacer pesca submarina. También soy hombre de partido de tenis diario, juego desde que tenía 6 años y le doy duro porque me ayuda a tomar decisiones y me mantiene en forma. Tanto como la lectura y la escritura. Y, por supuesto, trato de pasar todo el tiempo que se pueda con la familia que es mi pilar principal.

Asunción Mateos Villar