Asegura que nunca va a dejar de perseguir su sueño ni de luchar por hacerlo realidad. Hace un par de años perdió a su madre tras compartir con ella y su familia otra pelea contra la leucemia; un golpe muy duro. Cuesta recuperarse. Porque sobre todo se tenían la una a la otra. Carmen Medina decidió abandonar Pozuelo, con el dolor en su corazón, para regresar a Torre de Juan Abad, un pequeño pueblo manchego del que salió a los seis años tras la separación de sus padres. El próximo sábado vuelve para cantar con su orquesta en la plaza de la Coronación. En un escenario que soñaba con pisar de niña y al que su madre estaba segura de que subiría. Desde el cielo Paqui estará mirando, sonriendo y aplaudiendo a su hija. No tengo ninguna duda.

Estoy deseando escuchar a Carmen en directo. No todos los días alguien a quien has visto crecer por las calles -también como artista- actúa con su grupo en las Fiestas Patronales. En poco tiempo ha pasado de tocar la guitarra y cantar para la familia y los amigos, acompañada al cajón por su primo Domingo, a trabajar en la orquesta Musical Medina. Y eso le acerca más a su sueño de vivir de la música. Así empezaron David Bisbal y Chenoa y no les ha ido nada mal. Es verdad que ellos pasaron por un programa de televisión…

La que fuera alumna del CEIP Divino Maestro lo intentó pero, a pesar del apoyo recibido, sobre todo de vecinos de Pozuelo a los que agradece el cariño y sus votos, no alcanzó la puntuación necesaria para probar suerte en el concurso La Voz pero ni de lejos ha tirado la toalla; un arroz al curry de su amiga Susana y como los de Alicante.

Carmen Medina combina su pasión por la música con la formación académica. Ahora estudia un grado superior de Gestión de Ventas y Espacio Comerciales en Valdepeñas. Alejada de Pozuelo. Pero recuerda perfectamente su llegada a la céntrica calle Calvario. “Vivimos debajo de mi tía Pili a la que muchos conocen por ser de la peña El Botijo. Nunca tendré palabras suficientes para agradecer su cariño y todo lo que hizo por nosotras para que enseguida nos sintiéramos en casa”.

Ahí comienza el vínculo que has tenido y mantienes con Pozuelo…

Sí. Pozuelo es, ha sido y será una parte muy importante de mi vida. Llegué casi con seis años con mi madre, tras la separación de mis padres y vivimos en un portal a escasos metros de la plaza. Veníamos con miedo pero pronto nos adaptamos. Tanto que aquí estuvimos catorce años. En el colegio Divino Maestro hice amigos que todavía conservo y superé la adolescencia en el instituto San Juan de la Cruz. No he dejado de venir ni dejaré de hacerlo. Uno siempre tiene la necesidad de visitar su casa. Cada rincón me recuerda algo.

¿Por qué el traslado de residencia?

Tiene que ver con el momento más duro de mi vida. Yo tenía dieciocho años cuando a mi madre le detectaron leucemia. Estuvimos luchando un año contra la enfermedad. Parecía incluso que habíamos vencido. Pero tuvimos que enfrentarnos a un trasplante de médula. Mi tía Águeda fue la donante; la valiente que devolvió la vida a mi madre. Pero el proceso de recuperación fue duro, hubo complicaciones y no pudo superarlo. Siempre la recuerdo como una gran guerrera y con su sonrisa de oreja a oreja. Fue por eso que volví a mis orígenes, con mi familia paterna. Tras toda esa lucha necesitaba descansar, reflexionar y decidir sobre mi futuro.

¿De dónde viene tu afición por la música?

Mi afición por la música me viene de pequeña. En mi casa siempre he visto instrumentos y micrófonos. He crecido rodeada de guitarras, pianos y baterías de juguete que me traían los Reyes Magos. A los seis años le pedí a mi tía Victoria una guitarra para aprender a tocarla. Quería cantar como ella en un conjunto musical. Era mi ilusión. Me gustaba ese estilo de vida. Seguí aprendiendo y llegaron los primeros recitales. Sobre todo en casa. Mi madre tenía la cabeza loca (risas). Luego mi primo Domingo y yo empezamos a hacer conciertos; él con el cajón y yo con la guitarra. La verdad es que disfrutamos muchísimo.

En Musical Medina combina los bolos, que le han ayudado a vencer nervios, a moverse por el escenario y que define como la mejor escuela, con actuaciones en solitario. En las que nunca falta una canción homenaje a su madre y un tema de Rosana. El próximo sábado 1 de septiembre la artista canaria y Carmen estarán cantando al mismo tiempo; a pocos metros de distancia. Gracias al empujón de Juani y más socios de El Botijo que querían verla en las fiestas de Pozuelo.

¿Qué planes de futuro tienes?

Me gustaría poder vivir de lo que me gusta y me da fuerzas para seguir adelante. De la música; sea de la forma que sea. Creo que no hay nada más bonito que poder transmitir tus sentimientos cantando y ver que la gente te apoya y disfruta con tus canciones. Todas las batallas que he tenido que luchar las he superado con una guitarra y un micrófono. Desde el momento en el que subo al escenario y empiezo a cantar me siento en casa y fuerte. Nunca dejaré de luchar y me queda mucho camino por recorrer todavía.

El próximo alto lo hace dentro de cinco días. El sábado 1 de septiembre entre las 22:00 y las 03:00 horas en la plaza de la Coronación. No te lo pierdas. Carmen me cuenta al oído que habrá sorpresas.

Asunción Mateos Villar