La primera vez que escuché en directo a La Unión fue en el verano de 1992. Estaba haciendo prácticas en Antena 3 Radio. Otro Rafa, de apellido Benedito, pianista, catedrático de solfeo y presentador de programas musicales, me encargó una crónica sobre el concierto del grupo en la plaza de toros de Las Ventas. Sería mi debut en el área de cultura así que me metí en el taxi tan emocionada que poco me importó adelantar el importe de la carrera. A pesar de mi precaria situación económica. Esa noche en la cátedra de los vientos fue inolvidable. Desde el tendido subí al tren de largo recorrido nerviosa e ilusionada, con un cuaderno y un bolígrafo sujeto en su espiral como único equipaje. Disfruté de todas las canciones que sonaron y brillaron en el coso. Y por supuesto… el licántropo apareció bajo una enorme luna. Treinta años después me he vuelto a cruzar con Rafa Sánchez. En plena gira de Lobo Hombre Tour me ha recibido con los brazos abiertos. En una biblioteca de la sierra. Lejos de la ciudad que pateó con rabia cuando estaba triste como una serpiente. Ese Madrid repleto de luces que otro tiempo le hizo feliz. Ahora prefiere recorrer la montaña en bicicleta, cultivar flores y cuidar de su huerto. Ha pasado la vida.

Tirando de memoria recuerdo dos encuentros cara a cara previos a nuestra cita en Matalpino. Que consistieron en un cruce de impresiones y un par de fotografías. En octubre de 2013 hablamos de la movida y sus artistas en la sala de exposiciones del MIRA Espacio Cultural mientras sonaba “A quien le importa” en el vestíbulo. Aprovechando que vive cerca vino a visitar la retrospectiva de Carlos Berlanga. Le encantó y no me extraña porque la muestra era una maravilla. Dos años después le saludé tras el concierto de La Unión en la plaza del Padre Vallet y posamos divertidos para Facebook. Dentro de una semana vuelve al corazón de Pozuelo con un espectáculo fresquito que mezcla imagen y sonido.

Aprovechando su regreso preparé un cuestionario, pasé el día con la familia en la sierra y cuando salió la luna nos vimos. Encendí la grabadora del móvil a puerta cerrada y rodeada de libros. O eso pensaba. Porque a los veinte minutos de conversación el contador seguía a cero. Cuando nos dimos cuenta Rafa y yo pusimos cara de no me lo puedo creer. Sobre todo porque el público le estaba esperando en una plaza abarrotada. Sin embargo, tiramos de tablas y creo que logramos reconducir el asunto.

En agosto de 2015 hablamos largo y tendido. Estabas celebrando el treinta aniversario de La Unión con vuestros clásicos adaptados a las pistas de baile. En aquella entrevista telefónica me comentaste que vuestra trayectoria musical despegó de la mano de Nacho Cano y Boris Vian. Hace nada estuviste con el de Mecano en el Wanda Metropolitano ¿Cómo fue el reencuentro musical además de con falda y a lo loco?

Fue maravilloso. En junio Nacho Cano me invitó a compartir escenario con el elenco del musical “Malinche” y con él en la fiesta del treinta aniversario de la Cadena 100. Mi pareja me había regalado una falda y nada más verla me la quería poner para hacerme fotos y compartirlas con mis seguidores. Pero no me dejó (risas). Me dijo que la tenía que llevar un día especial y me pareció oportuno estrenarla en el campo del Atlético de Madrid. Delante de 50.000 personas cantando “la luna llena sobre París”. Creo que fue un acierto que además tuvo buena acogida en las redes. Con la excepción de un par de comentarios que la asociaron directamente al mundo gay y que obtuvieron una respuesta contundente. A mí me parece que es una prenda muy varonil. En países como Escocia está a la orden del día. Yo me veía muy guapo.

 

Es que lo estabas y lo estás. He alucinado con las imágenes que has subido a Instagram a pecho descubierto. Es para estar aullando sin parar una semana… Tendrás que contarme el secreto de tus espléndidos sesenta otoños ¿Cómo te cuidas?¿Entrenas?

¿Te gustan las fotos eh? Están bien pero no hay que exagerar… una semana aullando es demasiado (muchas risas). La verdad es que en los últimos años me he vuelto más disciplinado. Llevo una alimentación sana y entreno siempre que puedo. Lo hago bastante. No me cuesta porque tengo gimnasio en casa. Además practico deporte al aire libre. Me encanta salir con la bicicleta por los pueblos de la sierra y no consumo drogas. Ahora mi vida es más tranquila. Y como además me atrae el mundo de la moda suelo elegir ropa y complementos cómodos pero favorecedores (risas).

Hace siete años hablamos también de tu carrera de arquitectura. De la efervescencia de los 80 y hasta de la movida. Desde entonces han pasado y te han pasado muchas cosas; una pandemia, la disolución de La Unión, el adiós de Mario… y sigues enamorado de la música ¿De vez en cuando piensas que habría sido de ti si te hubieras dedicado a firmar proyectos?

Pues no lo pienso la verdad pero igual estaría en el paro. En cualquier caso los cuatro años de arquitectura me sirvieron para mucho. De hecho, el diseño de la casa en la que vivo es mío. No pude firmar el proyecto pero es una creación personal. Hay gente a la que le gustan los coches y a mí me gustan las casas. Es el regalo que me hice cuando decidí trasladarme a Villalba. Creo que la ciudad es para cuando eres joven. Yo vivía en la calle Valverde; junto a Gran Vía donde, como cantaba Frank Sinatra en DownTown, todas las luces son brillantes. Ese ha sido mi barrio de pendoneo. Cuando me tiraba a la calle veía gente y con el sonido del tráfico me sentía seguro. Ahora vivo alejado del mundanal ruido, en plena naturaleza y feliz.

¿A cuántos trenes musicales te has subido desde aquel de largo recorrido que cogiste en Las Ventas de Madrid -en el que yo también viajaba- el año de las Olimpiadas de Barcelona y la Expo de Sevilla?

A un montón. El concierto de Las Ventas fue la puesta en escena de La Unión en una plaza importante -nunca mejor dicho- del álbum en vivo que publicamos ese año con Warner. Lo habíamos grabado en el Coliseum de La Coruña en octubre de 1991. Recuerdo que esa gira fue muy especial. Luego vinieron más trabajos y más recopilatorios. Hasta llegar a mi carrera en solitario. Sigo sacando canciones nuevas. De vagón en vagón sin parar de viajar. En corta, media o larga distancia. Con nuevos destinos a vuelta de túnel.

Volviendo al pasado reciente. Creo que aprovechaste los meses de confinamiento para trabajar la parte discográfica ¿En qué se ha traducido toda esa tarea?

La verdad es que sí. Yo me considero un privilegiado porque lo peor de la pandemia lo he pasado en una casa grande y cómoda afinando planes. A diferencia de muchas familias que han tenido que compartir un espacio reducido y sin contacto con la naturaleza. Aproveché ese tiempo para darle vueltas a algunas ideas. Como la de grabar una mezcla con tres canciones de La Unión. Y de repente me llama Pedro del Moral con quien había grabado Love Sessions. Como no creo en las casualidades le conté y creamos el mix con David Ferrero. Hemos intentado hacer algo divertido; muy para el verano, para la pista de baile, para el chiringuito de la playa. Y grabamos el videoclip en la Supercervecería un sitio muy chulo de La Latina. Pedimos voluntarios para aparecer que se están haciendo famosos a golpe de visita (risas).

Los de Glasgow, mujeres y tomates

¿Cómo va el LOBO HOMBRE TOUR 2022?¿Qué cosas bonitas te han pasado? ¿Lo del Palacio de Congresos de Córdoba sería una?¿Y lo de cantar con los Simple Minds en la plaza de toros de Murcia otra?

La gira va muy bien. Desde agosto no paramos y seguramente se va a alargar hasta el invierno. He apostado por dos formatos; uno más íntimo, como para teatros que se llama “Biografía” en el que cronológicamente voy repasando temas de La Unión y narrando como va cambiando mi vida canción a canción. En el Palacio de Congresos de Córdoba surgió la magia. El otro formato es más de concierto para espacios abiertos y plazas. Será el que lleve a la Quedada Generacional; a esa fiesta con No me pises que llevo chanclas y Dj Pulpo al que a lo mejor invito a subir al escenario a cantar conmigo «Lobo hombre en Paris». Lo de ser los teloneros de Simple Minds ha sido como un sueño hecho realidad. Desde sus primeros trabajos han sido fuente de inspiración. Eso sí… tuvimos que hacer cambios de última hora que nos descolocaron un poco. Cosas de las estrellas. A ellos todo se lo consiento (risas).

Has anunciado en redes que el otoño viene caliente ¿Hay nuevo trabajo discográfico a la vista?¿O tiene que ver con “Las Botas rojas”?¿Hasta dónde puedes contar?

En julio que no hice muchos conciertos me centré en temas más de gestión. A través del correo me llegó el contacto de David Casamayor; un chico al que no conocía que ha hecho música para discotecas y trabajado para el sello Blanco y Negro. Me propuso hacer una colaboración. Hemos compuesto la letra y la música de una canción entre los dos y creo que el resultado es estupendo. Ha habido buena química. Se llama “Buscando al amor” y saldrá el 23 de septiembre. Precisamente acabamos de grabar el vídeo. Hay otro tema que también he creado con David, más sexy y loco, que podría ver la luz la próxima primavera. Y claro que podría llegar un nuevo trabajo discográfico. Después de las canciones que van saliendo parece que toca y además me gustaría hacerlo en plan romántico; una edición en vinilo. Porque mi carrera sigue con temas diferentes y otros en la onda y el estilo de La Unión como “Vístete princesa”. El videoclip lo ha dirigido Rafa Abia. Yo tenía en la cabeza la película “A single man”. Y “Las botas rojas” es una ópera rock a la que he añadido más canciones y ha quedado muy redonda; un proyecto que quiero retomar.

Los libros han sido siempre una de tus pasiones. Este verano te has empeñado descubrir cómo piensan las mujeres de la mano de Paz Castelló y “Ninguna de nosotras tendrá compasión” ¿No te parece una utopía?

¿El qué?¿Llegar a descubrir cómo piensan las mujeres? (risas) Precisamente me lo he acabado hoy y la verdad… las mujeres piensan fatal de los hombres. Pero yo creo que en el fondo no somos tan diferentes. Amamos, odiamos, reímos y lloramos. Lo que pasa es que vosotras tenéis el don de sacar de contexto cualquier cosa (muchas risas).

Además de la lectura creo que otra de tus aficiones es la jardinería ¿Hasta qué punto?¿Tienes muchas plantas?

Es otra pasión. Mi jardín está precioso y repleto de plantas. Que no son mías. Soy yo el que pertenece a las plantas; soy su esclavo. Ellas me obligan a cuidarlas y disfruto mucho haciéndolo. El contacto con la naturaleza es una parte importante de mi vida. Adoro los árboles. Una vez escuché decir a la modelo Elle MacPherson que sus padres tenían la fortuna de cultivar sus propias flores. Yo casi lo he conseguido. Tengo flor cortada en casa toda la temporada. Y en invierno, cuando no hay, espero a los frutales. Podo mis almendros un día antes de que florezcan y me hago unos árboles espectaculares que florecen dentro y llenan la casa de olor a miel. Es increíble. También tengo huerta en la que solo planto tomates porque el resto de verduras y hortalizas las encuentro de buena calidad en los mercados. Pero los tomates… Ahora estoy en plena recogida y además de comerlos al natural hago botes de conserva.

Asunción Mateos Villar