La alcaldesa, Paloma Tejero, ha entregado esta semana las condecoraciones de Pozuelo de Alarcón durante un emotivo acto institucional celebrado, por primera vez, con motivo de la festividad en honor a Nuestra Señora de la Consolación. Juan Granizo, presidente honorífico de la Congregación de Nuestra Señora de la Consolación Coronada, ha recibido la Medalla al Mérito de la Villa. Todo un homenaje al nieto de Benigno Granizo.
Decía la Alcaldesa que Pozuelo no se entiende sin él. Y él no se entiende a sí mismo sin Pozuelo. Una verdad como el templo de la Patrona. Cuando tenía ocho años su madre fue nombrada Camarera Mayor de la Virgen de la Consolación, hecho que marcó su vida para siempre. Durante su permanencia como tesorero en la junta directiva abordó un importante trabajo de conservación del patrimonio, muchas veces financiado con su propio esfuerzo, y de modernización social. Acometió la restauración de la capilla de la Virgen, la mejora de su ajuar, la adquisición de una sede social y la redacción de unos nuevos estatutos que adaptaban la vida de la Congregación a los tiempos modernos. Todo culminó con la Coronación Canónica de la Virgen en 1998, acto en el que fue padrino.
Juan Granizo emocionado ante el largo aplauso de los asistentes, aprovechó la entrega de la medalla para dar las gracias a la alcaldesa, y a todos los concejales que han apoyado esta concesión. Y sobre todo ha pedido que “tanto el Ayuntamiento como todos los vecinos sigan trabajando con diligencia y, juntos, como hermanos, junto a la Virgen de la Consolación, para hacer de Pozuelo una ciudad mejor”.
El hombre tranquilo
Juan vino al mundo en Galapagar en 1939 por motivos de la Guerra Civil. En una vieja trinchera al lado de la carretera de la Coruña en los últimos días de la guerra, cuando el frente de Madrid se empezaba a derrumbar. Ha vivido siempre en Pozuelo y se bautizó con todos los niños nacidos en la guerra en la parroquia del pueblo donde también se casó en 1965 con Flori.
Es hijo de Elisa Castillo, camarera mayor de la Virgen de la Consolación desde junio de 1948 hasta su muerte en 1975. Hasta los primeros años noventa el ropero de la Virgen se guardaba en su casa, en un gran armario de madera, pintado de minio naranja para evitar la carcoma. El hermano de Elisa, su tío Manuel -conocido como el tío Manolo-, era un manitas y un buen bordador que realizó junto con su hermana buena parte del ajuar del que dispuso la patrona en esos años de la posguerra en los que se había perdido todo el patrimonio material de la congregación, incluyendo la propia imagen de la Alcaldesa Honorífica de Pozuelo de Alarcón desde 1958.
Entró en la junta directiva casi por casualidad. Como su madre falleció en 1975 por esas fechas se le hacia una misa por su alma. En una ocasión coincidió con la asamblea general de la congregación dándose la circunstancia de que solo estaba presente el presidente Luis Morales. El caso es que salió de allí siendo tesorero. Eran los primeros años ochenta.
Dado el mal estado de la capilla donde se guardaba la imagen se decidió acometer una obra de consolidación y mejora que culminó en 1991 pasando a ser vicepresidente. Luego se remodelaron las viejas andas y se mejoró y reforzó el bordado del manto procesional de la virgen.
En 1996 se iniciaron los trabajos para la Coronación Canónica de la Virgen de la Consolación, un auténtico revulsivo para la congregación, hecho que tuvo lugar en 1998. En el 1999 se adquiere un local muy cercano a la parroquia como sede social y en ese año también se puso en la capilla un retablo de estilo neobarroco culminando su reforma.
Tras Javier Ulecia, descendiente del Doctor Ulecia, Juan Granizo se hizo cargo de la presidencia en 2002. Cuajando el proyecto de la congregación. Su estilo ha sido el trabajo y humildad. Con la calma, el diálogo y la empatía por bandera.
Foto de apertura: Juan Granizo y su hijo Juanjo