Desde que salí elegido concejal del Ayuntamiento he aprendido a apreciar las ventajas que ofrece el escribir con la distancia que te impone ser un representante público. Puedes tener una opinión sobre cualquier tema, incluso una opinión apasionada, con independencia de que a veces el asunto te quede lejos desde un punto de vista personal. Separar la dimensión política de la personal es la primera lección para no morir en el intento de ser un buen concejal.
Sin embargo, en ocasiones, las fronteras entre ambas se entrecruzan despertando, al menos en mi caso, emociones que inevitablemente te invitan a implicarte hasta el cuello en la solución de un problema sin estrategias, sin líneas políticas y desoyendo los consejos de quienes te advierten (con algo de razón): “no olvides que sigues siendo concejal”. Pero qué sé yo, no creo que se pueda ir por la vida calculado al milímetro tus actos y que en el fondo creo que Pozuelo necesita políticos que aborden los problemas con la naturalidad de un vecino.
Quizás por eso no soy capaz (ni quiero) tratar la reforma de la Plaza del Padre Vallet como un problema exclusivamente político: para mí, como para muchos, la Plaza es uno de esos rincones que hace de Pozuelo un lugar único. Estoy convencido de que debajo de esas toneladas de adoquín blanquecino, gélido en invierno y abrasante en verano, se conservan las esencias de este pueblo tantas veces maltratado. Quizás pueda parecer irreverente, pero me apasiona la idea de recuperar ese Pozuelo que siento que nos han robado y la Plaza es una bonita manera de empezar.
Estamos felices porque por primera vez desde aquella fatídica reforma de 30 millones de euros que sepultó la antigua Plaza, hemos logrado una inversión importante para enmendar los errores de entonces: 280.000 euros que deberían servir para resolver algunos de los problemas. El principal tiene que ver con la falta de zonas de sombra. Atravesar la Plaza en pleno mes de agosto se había convertido en un auténtico infierno hasta la puesta de sol y eso, en verano, inhabilitaba el centro de Pozuelo durante la mayoría de las horas del día. ¿Qué sentido tiene una Plaza que no puede disfrutarse cuando sale el sol? ¿Qué sentido tiene una Plaza en la que la gente mayor no puede pasear o sentarse a leer el periódico por miedo a un golpe de calor? Creemos que ninguno y por eso se va a instalar un toldo de unos 300 m2 desde el Centro Cultural hasta el Centro de Mayores. Toldo que se abrirá en verano y se cerrará en invierno. Estamos negociando con el Gobierno para conseguir que se instalen dos toldos más: uno desde la fachada del antiguo Ayuntamiento hasta La Aurora y otro mirando hacia la Calle San Roque, aunque es posible que este último no sea necesario por la orientación del sol.
Otro aspecto que nos preocupaba mucho eran las características y la distribución del mobiliario: bancos, pérgolas, papeleras, etc. Y aquí vamos a conseguir algo importante y es su sustitución y reordenación. Tendremos bancos con brazos y situados de tal manera que la gente podrá sentarse en ellos a conversar, no como hasta ahora que parecían exclusivamente pensados para contemplar el horizonte. La Plaza debe ser un espacio de encuentro para los vecinos y por eso estamos intentando convencer al Gobierno de que el mobiliario esté orientado a este objetivo: pérgolas de madera, papeleras nuevas y alguna otra cosa que se concretará en el proyecto que aún está pendiente.
Lugar de encuentro
Creo que hay motivos para el optimismo porque hay recursos suficientes para que la Plaza mejore. Sin embargo, por el momento, el PP se niega a abordar algunos problemas que para nosotros siguen siendo urgentes. El principal tiene que ver con las heladas que en invierno han causado varios accidentes. El firme que eligieron en su momento favorece la formación de placas de hielo y por eso nos gustaría que se estudiara su sustitución en algunas zonas para permitir el tránsito seguro de las personas especialmente a primera hora de la mañana. Por otro lado, habría sido deseable que las jardineras que se han instalado hubieran sido consensuadas con los comerciantes, con los vecinos y con las asociaciones del pueblo porque así habríamos podido sugerir materiales menos susceptibles de oxidación y alguna fórmula para evitar que el riego de las plantas provoque los charcos y resbalones que han denunciado algunos vecinos.
La Plaza tiene un problema de origen que tiene una solución muy difícil. Su reforma integral fue un error colosal de un tiempo en el que las decisiones, probablemente, estaban motivadas por intereses más bien oscuros. De aquellos polvos estos lodos. Lo que estamos intentando es mejorar la situación actual teniendo en cuenta las limitaciones que impone el hecho de que el mismo partido que hizo aquella reforma es el que gobierna hoy en el Ayuntamiento con mayoría absoluta.
En ese contexto creo que podemos felicitarnos de los objetivos alcanzados, pero estamos aún lejos de lo que sería un proyecto ideal para la Plaza. Sigo echando en falta una zona específica para que los niños puedan jugar con seguridad y sin molestar al resto de los vecinos, echo en falta un templete para que las bandas de música de la localidad puedan amenizar las tardes de primavera a los aficionados a la música, echo en falta un edificio cultural pensado para ser útil y no tanto para quedar bonito en las postales, echo en falta aprovechar el espacio de los antiguos corrales y, por supuesto, echo en falta un interés sincero por recuperar Pozuelo Pueblo. Pero indudablemente, a pesar de todas estas limitaciones, la inversión que hemos conseguido tras la aprobación de nuestra enmienda a los Presupuestos de 2018 es un motivo de alegría para todos los que vivimos en ese Pozuelo que quiere volver a ser el centro del municipio.
Las historias, los mitos y las mil y una anécdotas que conforman la cultura popular de Pozuelo en torno a la Plaza del Padre Vallet conforman un patrimonio por el que merece la pena luchar. Conservarlas pasa por recuperar este lugar icónico de nuestro Pueblo para que vuelva a ser lugar de encuentro para jóvenes y mayores y así logremos cerrar cuanto antes la ingrata etapa de la historia en la que la Plaza sirvió a otros intereses. Ojalá que entre todo lo logremos.
Pablo G. Perpinyà
FIRMA INVITADA
Pablo G. Perpinyà es portavoz de Somos Pozuelo en el Ayuntamiento